La 'start-up' de vídeo-timbres Ring fue creciendo mientras afirmaba que su producto mejoraba la seguridad de los hogares. Incluso convenció a Amazon. Pero ningún análisis sobre su eficacia es capaz de demostrar que realmente reduce la delincuencia
Cuando a principios de año Amazon compró la compañía de vídeo-porteros Ring por unos 885 millones de euros, estaba comprando algo más que una start-up de hardware. Ring no quiere limitarse a ser un simple fabricante de dispositivos de consumo: su objetivo más ambicioso consiste en reducir el crimen en los barrios de todo el mundo.
Los timbres detectores de movimiento de la compañía han sido un éxito desde que su lanzamiento en 2013. Combinados con una app, ofrecen a los propietarios la posibilidad de no tener que estar en casa para ver y responder a sus visitantes. El siguiente movimiento de la compañía consistió en empezar a vender cámaras de seguridad y de completos sistemas de seguridad para el hogar, lo que captó la atención del fondo de inversión de Amazon por primera vez en 2016. En un evento en septiembre en su sede de Seattle (EE.UU.), el jefe de Dispositivos de Amazon, Dave Limp, habló sobre el objetivo de Ring de la lucha contra el crimen: "No se me puede ocurrir una misión más noble".
La compañía parecía empezar a tener pruebas de que sus productos empezaban a cumplir su objetivo contra la delincuencia. Cuando Amazon anunció su adquisición, el gigante afirmó que un programa piloto del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, EE.UU.) había descubierto en 2015 que los timbres de Ring habían reducido los robos en los barrios "hasta en un 55 %".
A partir de la prueba piloto inicial, Ring explicó a las ciudades del condado de Los Ángeles que la disminución de los robos había ocurrido después de la instalación de los timbres en solo el 10 % de los hogares. Parecía que un simple puñado de dispositivos instalados servía para reducir drásticamente los robos en toda una comunidad, lo que ofrecía una especie de inmunidad colectiva contra la delincuencia.
En un reciente evento, el fundador y CEO de Ring, Jamie Siminoff, afirmó: "Gracias a este increíble aprendizaje descubrimos que podemos ser más efectivos de lo que pensábamos. Nos dimos cuenta de que Ring realmente protege tanto como la casa en la que está instalado como las que hay a su alrededor".
La compañía continuó haciendo ofertas atractivas para las comunidades: Ring daría a sus residentes un descuento de unos 100 euros para sus timbres (cuyo precio normal era de unos 160 euros) si las ciudades pagaran la mitad del coste. Los registros públicos muestran que más de una docena de pequeñas ciudades aceptaron la oferta, para lo que destinaron fondos de unos 9.000 euros y 90.000 euros, con la esperanza de reducir los robos. Para septiembre de 2018, Ring había acordado contratos por un valor de más de 370.000 euros mediante programas de este tipo.
Pero al revisar los datos públicos de los delitos y un estudio previo no publicado, resulta que las afirmaciones de que los Timbres de Ring reducen el crimen son mucho más débiles de lo que la compañía afirmaba a ciudades y consumidores. De hecho, el único estudio independiente realizado descubrió que los vecindarios sin timbres de Ring tenían menos probabilidades de sufrir robos que aquellos que los tenían.
Miedo y robo en Los Ángeles
A principios de 2015, Siminoff presentó una propuesta a la organización sin ánimo de lucro Wilshire Park Association en Los Ángeles. Ring daría a cientos de residentes del vecindario un timbre de Ring de forma gratuita, además de una suscripción que les permitiría grabar, descargar y reproducir grabaciones desde el dispositivo.
Pero la reacción que recibió fue más bien escéptica. El responsable recuerda: "Éramos tan nuevos que nadie quería estas cosas. Queríamos cubrir entre el 80 % y el 90 % [de los hogares]. Pero solo conseguimos un 10 %".
Pero Ring no se rindió. Instaló alrededor de 40 dispositivos y, en marzo de 2016, informó de los resultados: una reducción de robos del 55 % en seis meses, frente a los barrios circundantes. Después de una conferencia de prensa conjunta con el LAPD, la compañía recibió una excelente cobertura mediática y lanzó su campaña de reembolso en las ciudades cercanas.
Aunque al principio Ring se negó a proporcionar sus datos, metodologías y análisis piloto a MIT Technology Review, más tarde comunicó que la reducción del 55 % se limitaba a un período de siete meses.
En abril de 2016, el Departamento de Policía de Los Ángeles llevó a cabo un análisis más profundo del proyecto de Wilshire Park "para estudiar la actividad más reciente". Ese estudio abarcó un período de 10 meses desde julio de 2015 y encontró una disminución del 21 % en los robos frente el año anterior. Debido a que el área circundante había experimentado un aumento en los robos durante el mismo tiempo, los investigadores del LAPD "normalizaron" las cifras de Wilshire Park para reportar una reducción del 42 % frente otros vecindarios. Esta cifra se parecía más a la que anunciaba Ring, pero seguía sin corresponderse del todo.
Aunque el LAPD no comparte su metodología ni sus datos, la ciudad se encarga de que las cifras del crimen estén disponibles públicamente, clasificadas por distritos. La Asociación Wilshire Park dijo a MIT Technology Review dónde se instalaron los timbres Ring. Nuestro análisis de los datos públicos muestra que, en conjunto, estos tres distritos tuvieron incrementos interanuales en robos durante los siete meses indicados por Ring y los 10 meses presentados por el LAPD. Sin embargo, sin conocer la ubicación exacta de la prueba y qué áreas circundantes usó Ring para la comparación, resulta imposible verificar las afirmaciones de la empresa con los datos públicos.
Incluso si los timbres tuvieran un efecto positivo, este parecía poco duradero. En 2017, Wilshire Park sufrió más robos que en todos los siete años anteriores.
En referencia a los datos públicos a nivel de distritos, la experta en estadística y profesora asistente de criminología en la Universidad de Pennsylvania (EE.UU.) Maria Cuellar afirma: "No veo la disminución de la delincuencia [que argumenta Ring]". Y añade que el tamaño de la muestra es demasiado pequeño: "No se puede decir si el efecto experimentado se refleja en los datos, o es una simple variación aleatoria".
Un estudio científicamente riguroso debería involucrar a docenas de distritos separados geográficamente, muchos más timbres y un período de tiempo más largo para permitir que se realice cualquier efecto, explica Cuellar. También debería asignar timbres en hogares al azar. La experta detalla: "El problema de dejar que la gente elija es que no se sabe si el efecto se debe al timbre o a que las personas que eligieron los timbres son diferentes". Por ejemplo, el 10 % de los residentes que optaron por los dispositivos podrían haber tenido más miedo a la delincuencia que la media, tal vez con razón, y podrían haber tomado otras medidas de seguridad.
Sin ver el conjunto de datos de Ring, también resulta imposible saber lo selectiva que ha sido la compañía al informar de sus hallazgos. La asociación de propietarios de viviendas en la comunidad del barrio de Country Club Park dijo a MIT Technology Review que Ring realizó un estudio paralelo allí con 200 dispositivos. Pero la compañía nunca informó de los resultados de esas pruebas. Los datos públicos de delitos muestran que Country Club Park experimentó aumentos constantes de robos domésticos en 2015, 2016 y 2017.
Las comparaciones son odiosas
No todas las comunidades creyeron a Ring. Ente ellos, el analista de administración de West Valley City, la segunda ciudad más grande de Utah (EE.UU.) John Rock. En agosto de 2017, Rock sugirió que la ciudad comprobaría por sí misma la efectividad del vídeo-portero de Ring. Siguiendo el ejemplo de la propia compañía, distribuiría timbres en el 10 % de los hogares en un área objetivo de 764 viviendas unifamiliares. Una zona vecina de 754 hogares actuaría como el grupo control.
En los años previos, ambas zonas habían experimentado niveles de delincuencia similares y compartían un grupo de Vigilancia del Vecindario. Así que iba a ser como comparar "manzanas con manzanas", explicó Rock al Ayuntamiento. Su esperanza era que el programa cuantificara el ahorro en horas de trabajo policial (y en el gasto relacionado) por cada timbre, lo que podría justificar un programa de subsidio como los de California (EE.UU.).
El programa de West Valley se desarrolló entre septiembre de 2017 y agosto de 2018. Sus resultados fueron bastante claros. En ese periodo, en uno de los dos barrios, los robos se redujeron en un 50 % frente a la disminución del 41 % del barrio de al lado. El primero también experimentó una reducción del 32 % en todos los delitos contra la propiedad (incluidos los hurtos y robos de coches), mientras que el otro tuvo solo un descenso del 25 %. Y durante el último mes de la prueba, el primer vecindario no sufrió ningún delito de propiedad en absoluto, un "mes atípico que es difícil de explicar", dice Rock.
El único problema de estos datos es que las mejores cifras se dieron en el barrio del grupo de control. En otras palabras, los hogares sin timbres de Ring tenían menos probabilidades de sufrir un robo o un delito contra la propiedad de cualquier tipo.
Aunque el programa de West Valley era más ambicioso que el de Los Ángeles, también resulta demasiado pequeño como para sacar conclusiones firmes. Ring también ofreció un descuento a las personas en ambas áreas para comprar un timbre, algo que Rock "no podría rastrear de ninguna forma", explicó.
Ring hizo un segundo esfuerzo para demostrar que sus timbres reducían el crimen antes de que Amazon lo comprara. A principios de 2018, donó más de 500 timbres y cámaras de seguridad a casas en dos barrios en Newark, Nueva Jersey (EE.UU.). En septiembre, la compañía anunció que los robos de viviendas se habían reducido más del 50 % entre abril y julio frente el mismo período de 2017.
Newark también publica algunos datos sobre los delitos en internet, aunque no con tanto detalle como Los Ángeles. En las zonas que contienen los dos barrios piloto, el número de los robos bajó entre abril y julio, pero otras partes de la ciudad registraron caídas aún mayores, de hasta el 65 %. Los últimos datos muestran que este año los robos han disminuido en casi un 30 % en toda la ciudad, y las mejoras más importantes tuvieron lugar fuera de los distritos de prueba de Ring
El departamento de policía de Newark dijo a MIT Technology Review que no podía confirmar los números que Ring publicó, y una vez más, Ring se negó a compartir los datos y los resultados. El único comentario que hizo la compañía fue: "Ring continúa con su misión de reducir el crimen en los vecindarios. Estamos entusiasmados de trabajar con numerosas fuerzas del orden público... mientras apoyamos a los vecinos que comparten nuestra misión".
Cuellar afirma: "Me gustaría ver un análisis honesto comparado [las zonas de prueba de Newark] con las áreas circundantes. De lo contrario, si uno solo mira el antes y el después de un distrito, podría ser que el aumento o la disminución de la delincuencia provenga de otro motivo".
Por supuesto, nada de esto quiere decir que los timbres de Ring no sean eficaces para disuadir a los delincuentes o prevenir los robos. Su popularidad, especialmente cuando está fuertemente subsidiada por las ciudades, es una clara prueba de que muchas personas se sienten inseguras en sus hogares y disfrutan de la tranquilidad que les brinda un dispositivo de seguridad.
Pero para Cuellar, de momento no hay pruebas suficientes que para comprobar cualquier reducción en los robos a nivel nacional, por no hablar de las fuertes disminuciones o la inmunidad de grupos que la compañía argumenta. La experta concluye: "Si alguien lo hace correctamente, podría ser un estudio muy interesante, pero me temo que en realidad no se ha hecho de forma correcta".