Las bicicletas sin anclaje y con GPS incorporado de empresas como Lime están ayudando a las urbes a entender el comportamiento de sus ciclistas y los trayectos más populares. Gracias a estos datos, los municipios pueden tomar decisiones más informadas sobre su urbanismo
Si preguntamos al director de Planificación de la ciudad South Bend (EE.UU.), Tim Corcoran, sobre los destinos más populares a lomos de una bicicleta compartida, no solo nos puede dar una lista, también las coordenadas de GPS de latitud y longitud de dichos destinos. Corcoran es el responsable de supervisar un programa que permite a los residentes alquilar bicicletas a través de una aplicación móvil y luego recogerlas y dejarlas en cualquier lugar y en cualquier momento. Aunque en realidad él no dirige el servicio de alquiler. Quien lo hace es Lime, una start-up de Silicon Valley (EE. UU.), que gestiona el programa y mantiene a Corcoran al tanto a través de un flujo constante de datos sobre la actividad de las bicicletas de su ciudad.
Lime puede recopilar esta información porque sus bicicletas, al igual que todas las que se encuentran en los programas de bicicletas compartidas sin sistema de anclaje, es decir, las que están diseñadas para funcionar sin estaciones fijas ni bases en las que estacionarse. En lugar de eso, las bicis transmiten su ubicación cada pocos segundos mediante chips GPS integrados, conexiones inalámbricas 3G y energía solar. Cuando se combina con la aplicación Lime, la configuración permite a los clientes localizar las bicicletas disponibles y alquilarlas a unos 80 céntimos la media hora. Cuando terminan su viaje, los usuarios pueden dejar las bicicletas prácticamente donde quieran y bloquearlas electrónicamente con unos pocos toques en su teléfono. Esto permite a Lime ver dónde comienza y termina un recorrido, y por dónde circula la bicicleta entre esos dos puntos.
En los 18 meses desde que el servicio de alquiler de bicicletas sin anclaje llegó a Estados Unidos, se ha extendido por al menos 88 ciudades. (Del lado del proveedor, al menos 10 empresas se han sumado al negocio; Lime es una de las más grandes). Algunas de esas ciudades ahora disponen más de un año de datos relacionados con los programas. Gracias a ellos, han comenzado a recopilar ideas y dar servicios al cada vez mayor número de ciclistas de sus ciudades.
South Bend es una de esas ciudades líderes. El municipio pidió a Lime que compartiera sus datos cuando lanzó el servicio en junio de 2017. Inicialmente, Lime proporcionaba la información en hojas de cálculo, pero a principios de 2018, la start-up lanzó un panel de control con el que las ciudades podían ver estadísticas agregadas sobre sus residentes, como cuántos alquilaban las bicicletas, cuántos viajes hacían, por dónde circulaban y cuánto tiempo duraba su recorrido. Lime también ha añadido mapas con indicadores que revelan por dónde transcurre la mayoría de los recorridos dentro de una ciudad y una herramienta para descargar datos que muestra recorridos individuales sin identificar a los pasajeros. Corcoran puede mirar su panel y ver, por ejemplo, que las personas en South Bend han realizado 340.000 alquileres de bicis con los que han recorrido cerda de 255.000 kilómetros y han pasado más de siete millones de minutos en bicicletas Lime desde que la compañía comenzó a prestar este servicio. También puede ver que hay 700 bicicletas Lime activas en la ciudad.
Pero, los datos más interesantes son los de los recorridos. Corcoran dice que South Bend planea usar esa información para decidir dónde introducir nuevos carriles bici y caminos protegidos. A principios de este año, la ciudad utilizó los datos para determinar las áreas más populares de entrega de bicicletas en las aceras, que luego delimitó con pintura. Así, la ciudad comenzó a alentar a la gente para que aparcara en ellos sus bicicletas (puede parecer que la idea está en contra del espíritu libre de compartir bicicletas sin anclaje, pero los expertos dicen que a los residentes y a los operadores, en general, les gusta confiar en las zonas designadas para recogerlas y aparcarlas, siempre que haya un mayor número de ellas y que no se tenga que caminar mucho para encontrar una).
Seattle (EE.UU.), que cuenta con el servicio de bicicletas Lime desde julio de 2017 y ahora cuenta con 5.000 de ellas, tiene planes similares. En marzo, la ciudad creó cinco áreas de estacionamiento para bicicletas en sus aceras después de analizar los datos de uso de la compañía. El objetivo de Seattle es crear más zonas de este tipo y generar espacios para nuevas bases de bicicletas y carriles bici en las calles, según el director del programa de bicicletas compartidas de la ciudad, Joel Miller. El responsable afirma: "Tenemos muchas ganas de seguir recogiendo estos datos y descubrir por dónde se mueven las personas en bicicletas y dónde se concentran las bicicletas. Esto nos ayudará a designar el estacionamiento [para bicicletas] y encontrar los lugares donde tiene más sentido que la ciudad invierta en infraestructura para las bicicletas".
Algunos expertos coinciden en que la información basada en GPS es útil para las ciudades, pero creen necesita garantías verificadas de forma independiente. "Gracias a las bicicletas sin anclaje, ahora es posible ir directamente a casa y dejar la bicicleta allí", explica la directora de Estrategia de la Asociación Nacional de Funcionarios de Transporte de la Ciudad (NACTO por sus siglas en inglés), Kate Fillin-Yeh. "Eso abre una serie de nuevas preocupaciones cuando se combina con los servicios de ubicación", advierte.
En teoría, el hecho de que las personas puedan estacionar bicicletas sin anclaje donde quieran podría ayudar a los hackers a descifrar las identidades anónimas que las empresas asignan a sus usuarios. Ese hacker podría descubrir los recorridos en bicicleta de personas específicas. Fillin-Yeh piensa que las ciudades deberían contratar auditores para asegurarse de que las compañías de bicicletas compartidas protegen correctamente la privacidad de los usuarios.
Lime dice que solo trata de ser un "buen socio" para las ciudades. La directora de política y asuntos públicos de Lime, Emily Warren, afirma: "Creemos que [este intercambio de información] es necesario para poder construir una base sólida de confianza con las ciudades [que quieran ver] las métricas fundamentales de nuestro funcionamiento".
La responsable de la política de tecnología para NACTO, Mollie Pelon McArdle, explica que varias ciudades aún están decidiendo cómo gestionar e interpretar los datos que reciben de los operadores de bicicletas compartidas sin anclaje, especialmente si varias compañías están activas en sus calles. Las operaciones de Lime en docenas de ciudades de EE. UU. generan decenas de millones de puntos de datos al día, según Snowflake, una empresa nueva que ejecuta el almacén de datos en la nube donde Lime almacena su información.
Lime afirma que está trabajando con las ciudades para identificar un formato estándar sencillo para incorporar la información de múltiples operadores en sus propias bases de datos para luego analizarla con otro software o herramientas que ellos mismos construyen. Warren concluye: "Si podemos unirnos como industria [y decidir un estándar], las ciudades podrán dar el siguiente paso para hacer uso de todos estos datos tan valiosos".