Un año después de anunciar un plan agresivo para dominar la inteligencia artificial, el viceprimer ministro chino ha empezado a defender la colaboración internacional. El responsable aboga por abrir debates entre las potencias para avanzar el sector y definir cuestiones como la ética y la goberanza
Puede que China sea muy individualista para algunas cosas, pero en el caso de los avances en inteligencia artificial (IA), el gigante asiático apuesta por la colaboración internacional. Así lo afirmó el viceprimer ministro de China, Liu He, durante la reciente Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial en que tuvo lugar Shanghái (China).
He afirmó: "Esperamos que todos los países, como miembros de la aldea mundial, actúen de forma inclusiva, y que todos nos apoyemos mutuamente para poder responder al efecto de doble filo de las nuevas tecnologías. La IA representa una nueva era. La cooperación transnacional e interdisciplinaria es inevitable".
El presidente, Xi Jinping, lanzó un mensaje similar en una carta presentada en la misma conferencia. En la misiva, Xi expresó que China "compartiría sus resultados con otros países en el campo de la inteligencia artificial". También pidió la colaboración entre naciones para las cuestiones más sensibles de la IA, como la ética, las leyes, la gobernanza y la seguridad.
Este nuevo y suavizado enfoque chino para la inteligencia artificial llega algo más de un año después de que el Gobierno anunciara un ambicioso y agresivo plan de inteligencia artificial (ver La ambición china por controlar la IA es mayor de lo que creíamos). Esta hoja de ruta establece que los investigadores de inteligencia artificial chinos deberán liderar el mundo antes del año 2030, y que las empresas nacionales construyan una industria de más de casi 130.000 millones de euros alrededor de la tecnología. Aunque ahora este enfoque se ha ablandado un poco, la industria tecnológica de China está adoptando el aprendizaje automático y la IA a un ritmo impresionante (ver China despierta al dragón de la inteligencia artificial).
Aunque las ambiciones y avances de cada país para liderar la IA han hecho que el sector sea visto como una carrera armamentística, la realidad es que prácticamente cualquier avance en inteligencia artificial nace de la colaboración entre investigadores de todo el mundo.
Pero, en el futuro, el impacto de la IA podría acabar definido por las rivalidades entre las grandes compañías de cada potencia. La influencia de la industria tecnológica de China está creciendo internacionalmente a medida que sus empresas exportan inteligencia artificial a otras partes del mundo a través de sus servicios de la computación en la nube (ver El futuro de la IA está en manos de China y, sobre todo, de Alibaba).
El modelo para la colaboración internacional todavía estar por definir. Los investigadores y las compañías tecnológicas ya comparten ampliamente sus algoritmos, pero los datos utilizados para entrenar los modelos de aprendizaje automático se suelen guardar en secreto.
Así que el nuevo escenario colaborativo que pide China podría no ser más que una estrategia de juego. Antes de lanzarse a compartir datos, es necesario definir cómo se compartirán y en qué condiciones. Y no hay duda de que China está deseosa de ser quien guíe el debate sobre las regulaciones y las normas. Estas conversaciones serán importantes y también complicadas, sobre todo cuando se aborden cuestiones como la privacidad de los datos y la vigilancia.
El Gobierno chino podría estar especialmente interesado en liderar las discusiones internacionales teniendo en cuenta cómo EE. UU. y otros países han definido las normas y las regulaciones con respecto a otras tecnologías, incluyendo el ejemplo de internet.