La tecnología inalámbrica para cargar vehículos de WiTricity ya existe, y aunque cuesta más que otros sistemas, permite ahorrar en cosas como el personal encargado de enchufar el vehículo. Ahora solo falta que gobiernos y gestores de espacios se decidan a invertir
Los taxis robóticos (robotaxis) y eléctricos son una posibilidad real. Las tendencias en transporte, energía y demografía indican que los vehículos del futuro funcionarán de forma autónoma, con electricidad en lugar de combustibles fósiles y serán de titularidad compartida en lugar de privada.
Pero antes de lanzarnos a compartir trayectos a bordo de estos coches autónomos y eléctricos, necesitamos poder cargarlos, algo que ahora mismo, es todo un desafío. En EE. UU. , por ejemplo, solo hay unas 20.000 electrolineras frente a las más de 125.000 estaciones de servicio para automóviles convencionales. La consultora estratégica global McKinsey predice que las principales economías (China, Europa, India y EE. UU.) deberán invertir más de 47.000 millones de euros en infraestructura de carga antes del año 2031 para asumir la demanda de los 140 millones de vehículos eléctricos que se prevé que habrá en ese momento.
También surge la cuestión de quién se encargará de recargarlos. Los taxis autónomos, por definición, no tendrán conductores humanos para manipular los largos y gruesos cables de carga.
La start-up WiTricity cree que la mejor forma de abordar el problema es mediante la carga inalámbrica por resonancia magnética (ver Carga tu teléfono (y tu coche) a distancia). Esta tecnología aprovecha la energía de la red eléctrica mediante un cable que la adquiere y la utiliza para alimentar una bobina de cobre ubicada en el suelo, lo que crea un campo magnético. Cuando una segunda bobina de cobre ubicada en la parte inferior del coche se aproxima a este campo magnético se genera una corriente eléctrica en el vehículo con el que se puede cargar la baterías del coche (ver ¿Pueden prescindir los vehículos eléctricos del enchufe?).
Así que para cargar un vehículo eléctrico solo habría que estacionarlo sobre una bobina y esperar unas horas. WiTricity afirma que este método es tan eficiente como insertar un cable de carga directamente en un coche.
Foto 1: Los primeros productos de WiTricity serán las estaciones carga para garajes domésticos. Crédito: WiTricity.
Foto 2: Luego, su tecnología se incorporará en aparcamientos y garajes públicos. Crédito: WiTricity.
Foto 3: La empresa también espera alimentar una serie de espacios de estacionamiento en la calle. Crédito: WiTricity.
Foto 4: Finalmente, su tecnología podría usarse en tramos de carretera, por ejemplo, debajo de una parada de taxis. Crédito: WiTricity.
WiTricity no es la única compañía que trabaja en sistemas de carga inalámbrica por resonancia magnética. Pero la compañía sostiene que su tecnología será compatible con cualquier marca o modelo de coche, e incluye importantes características de seguridad (por ejemplo, el cargador se apaga automáticamente si un niño o animal se sitúa entre ambas bobinas) y su capacidad de transmisión de energía funciona a través del asfalto o del pavimento. Además, WiTricity explica que sus cargadores podrían instalarse en aparcamientos, garajes y calles sin necesidad de mantenimiento frecuente, sin preocupaciones de seguridad ni de convertirse en un objetivo para los ladrones de cobre.
La compañía espera que todas sus ventajas ofrezcan nuevos incentivos a los gobiernos locales, a los agentes inmobiliarios y a los administradores de propiedades para financiar estas estaciones de carga. El CEO de WiTricity, Alex Gruzen, afirma: "Si queremos que en los próximos 10 años se lleve a cabo la enorme inversión que hace falta para la infraestructura necesaria para el vehículo eléctrico, tenemos que descubrir quién la pagará y bajo qué razón".
Uno de los asuntos claves de WiTricity está en el precio. Actualmente, sus sistemas cuestan entre 850 euros y 1.300 euros aproximadamente cada uno, mientras que un cargador de enchufe convencional está por debajo de los 850 euros. Así que la compañía espera convencer a los propietarios de los estacionamientos y garajes de edificios de apartamentos, no solo a los de viviendas unifamiliares. Gruzen comenta que ya han hablado con algunos administradores de edificios que están dispuestos a pagar el precio para atraer a los inquilinos propietarios de vehículos eléctricos.
En última instancia, la visión de WiTricity va más allá de los coches estacionados. Se imagina un futuro en el que la tecnología esté integrada en tramos de carretera para que los vehículos puedan cargarse mientras se desplazan. Gruzen espera que los aeropuertos y las estaciones de tren se decidan por ese sistema para sus paradas de taxis. "No es muy probable que las ciudades y países se pongan a levantar muchos kilómetros de carreteras para esto. Pero sí tiene sentido en las colas de los taxis, donde solo se tendría que electrificar un tramo de 100 metros en lugar de 100 kilómetros, y los coches podrían cargarse todo el tiempo que están en línea".
Luego está el objetivo más ambicioso de WiTricity: convertir los coches en almacenes de energía móviles. La compañía vislumbra los vehículos eléctricos como baterías con ruedas que almacenen electricidad para los períodos de máxima necesidad, y transmiten una a la red eléctrica a cambio de un pago o de una cesión de energía gratuita para la próxima vez que necesiten recargarse. Aunque los coches podrían hacer este tipo de transferencia de energía a través de cargadores de enchufe convencionales, un intercambio inalámbrico sería, en teoría, más rápido y simple, especialmente si los vehículos operan de forma autónoma.
Algunas de estas ideas son más factibles que otras. WiTricity tiene acuerdos con más de una docena de fabricantes de coches, incluidos nueve de los 10 más grandes del mundo. La mayoría de estos convenios solo han producido experimentos de I+D, como el sistema de carga inalámbrica que Hyundai demostró en marzo de 2018 en su coche eléctrico Kona. Pero BMW ha empezado a vender un vehículo eléctrico híbrido que los clientes de ciertas regiones pueden comprar con la tecnología de WiTricity ya intengrada. Gruzen afirma que otros fabricantes de automóviles harán lo mismo, especialmente cuando las empresas acuerden un estándar global para la carga inalámbrica.
Gruzen espera que los primeros estacionamientos y garajes habilitados para WiTricity aparezcan en los próximos dos años. Probablemente, en megaciudades chinas, donde un gran porcentaje de la población vive en edificios de apartamentos.
Lo más seguro es que aún falten varios años para ver las calles electrificadas de esta forma y los intercambios de energía inalámbrica de un vehículo a otro. Pero WiTricity ya tiene un sistema prototipo que desarrolló con Honda. Gruzen afirma que las empresas de servicios públicos japoneses han expresado su interés, en parte porque este país cambió la normativa de su mercado de energía y las empresas quieren ofrecer servicios únicos para destacarse de la competencia.
El experto en la industria del transporte en la empresa de investigación de mercado Navigant John Gartner cree que los servicios de viajes y vehículos compartidos son los mejores para la tecnología de WiTricity. El experto concluye: "A corto plazo, estas compañías obtendrán beneficios al no tener que formar a los conductores no familiarizados con los vehículos eléctricos sobre cómo enchufarlos, y al no tener que verificar si realmente los enchufaron. Y una vez que tengamos los coches autónomos, la necesidad de que un humano venga y los conecte para cargarlos es un gasto adicional que a estas compañías también les gustaría evitar" concluye.