Esta nueva 'blockchain' recaudó casi 3.500 millones de euros cuando ni siquiera estaba desarrollada, gracias a su innovador protocolo de consenso llamado prueba de participación delegada. Ahora, por por fin está lista para empezar a funcionar, pero puede que no sea tan democrática como parece
La plataforma EOS se ha convertido en el mejor reflejo de la fiebre en torno al mundo de las criptomonedas y las ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés). El año pasado, sus desarrolladores recaudaron cerca de 3.500 millones de euros a pesar de que la plataforma todavía no estaba construida. Ahora, la red está, por fin, lista para entrar en funcionamiento, pero la puesta en marcha de su cadena de bloques (o blockchain) está resultando inesperadamente difícil, lo cual plantea algunas preguntas importantes sobre la mejor forma de lanzar una nueva.
¿Qué y quién es EOS?: teóricamente, este nuevo sistema blockchain es una alternativa mucho más rápida y eficiente a Ethereum. Ethereum fue diseñada para ser algo más que una simple criptomoneda, aspiraba a convertirse en una plataforma que permitiera ejecutar programas informáticos basados en blockchain, los ya famosos smart contracts o contratos inteligentes. Pero Ethereum tarda mucho en procesar las transacciones, ya que cada nodo debe hacer un seguimiento del total que hay en la cuenta y del estado de cada contrato inteligente. Los desarrolladores de EOS dicen que al delegar la responsabilidad de procesar transacciones a solo 21 "productores de bloques", que serán elegidos por la comunidad de titulares de los tokens (o fichas), el sistema podrá realizar miles de transacciones por segundo (frente a las solo 15 transacciones por segundo que puede hacer Ethereum).
La start-up Block.one está liderando el desarrollo del software de EOS. Su director de tecnología, Dan Larimer, ya fue el responsable del desarrollo de la plataforma de servicios financieros basadas en blockchain BitShares, y de Steemit, una plataforma de publicación impulsada por criptomonedas. Ambas se crearon bajo un nuevo protocolo de consenso llamado "prueba delegada de participación", que es el mismo que Larimer está utilizando con EOS.
Sin mineros: en las criptomonedas como Bitcoin, los nodos llamados "mineros" consumen mucha potencia computacional para competir por añadir nuevos "bloques" de transacciones a la cadena a cambio de criptomonedas. EOS prescinde de la minería, en lugar de eso, permite que los titulares de tokens elijan a los productores de bloques. El poder de cada voto es equivalente al número de tokens que posee una persona u organización. El enfoque debería acelerar el procesamiento de las transacciones, pero también ha generado críticas. El creador de Ethereum, Vitalik Buterin, afirma que esta estrategia hace que el sistema sea vulnerable a la compra de votos que le permita a alguien consolidar su poder sobre la red.
Fichas congeladas: los tokens de EOS llevan a la venta desde junio de 2017, y desde entonces, también se pueden comercializar en la cadena de bloques de Ethereum. Pero estos tokens no estaban basados en la cadena de bloques de EOS, ya que aún no se había construido, por lo que los tokens se estaban ejecutando en la red Ethereum. Hace un par de semanas, los tokens EOS basados en Ethereum fueron "congelados" para que su valor pudiera ser transferido a la cadena real. Ahora por fin se han descongelado, lo que ha permitido poner fin a un prolongado proceso de votación.
Eso se debe a que la red finalmente alcanzó el límite de votación requerido para elegir a sus 21 productores de bloques. Para alcanzar el límite, los titulares de tokens debían "apostar" el 15 % del total todos los tokens existentes en el sistema para votar por los candidatos (los tokens no se gastan; se usan como fichas digitales, pero se devuelven una vez que se termina la votación). La votación requiere que los titulares usen sus claves criptográficas privadas, lo cual es técnicamente complicado y arriesgado si las personas no tienen cuidado. Esa podría ser la razón por la que el proceso se alargó tanto. Puede que algunos usuarios no tuvieran la capacidad técnica para emitir su voto, y puede que otros no pudieran acceder a sus claves privadas si estaban usando sus tokens en un intercambio. Otra teoría es que los titulares con grandes cantidades de tokens estaban esperando a ver qué hacían los demás antes de emitir sus votos, una hipótesis que se ha reforzado por la rapidez con la que la cifra ha pasado en de 110 millones a 150 millones en un solo día después de haber pasado semanas prácticamente estancada.
Preguntas claves: ¿EOS cometió un error al establecer la votación basada en tokens? ¿El proceso es lo suficientemente "descentralizado", dado que los 100 principales titulares poseen alrededor del 75 % de los tokens? Y quizás la más importante: ahora que la red ya tiene a sus 21 productores de bloques, ¿se descentralizará lo suficiente? Pero, si funciona como describen sus creadores, ¿acaso la descentralización tendrá alguna importancia? Comprometer la descentralización en aras de la velocidad y la eficiencia podría impulsar su éxito comercial. Eso sí, antes, la red tendrá que descubrir cómo gobernarse a sí misma de manera eficiente. Pero, claro, sin prisas; hay cerca de 3.5000 millones de euros de los inversores en juego.