El presidente del gigante tecnológico, Brad Smith, cree que la responsabilidad de preparar a la sociedad para el panorama laboral que se avecina debe compartirse entre las empresas, los gobiernos y la propia sociedad, y critica que las leyes antimonopolio se han quedado obsoletas
Si queremos que el máximo número de personas se beneficien del impacto que la tecnología está aportando al mercado laboral, las empresas tecnológicas y los gobiernos deben redefinir sus relaciones. Así lo cree el presidente y director jurídico de Microsoft, Brad Smith, que hizo este alegato durante la reciente conferencia EmTech Next organizada por MIT Technology Review en Cambridge (EE. UU.).
Smith afirmó que las compañías de tecnología tienen la responsabilidad de formar a sus empleados para que puedan responder a los cambios laborales que ellas mismas generan. Entre estos cambios, predijo que el trabajo de anotar los pedidos de comida rápida realizados desde un vehículo va a desaparecer dentro de entre tres y cinco años. Este empleo humano será destruido en cuanto las máquinas sean capaces de comprender una orden de pedido para una hamburguesa con queso.
Microsoft, por supuesto, es una de esas empresas tecnológicas que está cambiando el terreno de juego laboral. Smith señaló que la compañía está prestando atención a las distintas ramas por las que sus avances se pueden expandir. El responsable dijo: "Estamos comprometidos en analizar una variedad de esfuerzos una perspectiva política: ¿qué significa esto para la fuerza de trabajo?".
Pero por mucha atención que presten, tanto Microsoft como Facebook, Google y Amazon ejercen una enorme influencia en nuestra vida personal y profesional. Tanta, que se han hecho peticiones para que los gobiernos las regulen o incluso las desmantelen por violar las leyes antimonopolio. Smith, que ya pertenecía a Microsoft en la década de 1990 durante su juicio antimonopolio, indicó que algunas regulaciones gubernamentales son útiles para la economía en general. "El antimonopolio ha jugado un papel importante en la economía desde la década de 1890", explicó.
Aunque, en su opinión, ahora las cosas han cambiado. Smith sugirió que, en muchos casos, las leyes antimonopolio han quedado obsoletas y que se centran demasiado en los precios que los consumidores pagan por un producto. Ese enfoque funcionaba bien hace un par de décadas, cuando Microsoft tenía la costumbre de incluir Internet Explorer en su software de Windows a expensas de otros navegadores de internet. Pero la forma en que las personas consumen y trabajan actualmente con la información se ha vuelto mucho más compleja. "¿Los datos son la nueva moneda? ¿Es la privacidad el nuevo precio?", preguntó Smith.
Smith también abordó la necesidad de que los gobiernos creen una infraestructura adecuada para permitir la innovación. "El Gobierno [de EE. UU.] se aseguró de que todos los estadounidenses tuvieran electricidad", dijo Smith en una entrevista después de su charla, y agregó que al menos 25 millones de personas del país, en su mayoría en áreas rurales, carecen de acceso a banda ancha. Esa brecha digital no está siendo abordada por el Gobierno, y Smith criticó que no hay información fiable para calcular cómo y dónde se produce esta brecha. "La inversión pública requiere datos mucho mejores. Es muy frustrante lidiar con mapas de datos que no solo están incompletos sino que también son inexactos", se lamentó.
También hizo hincapié en que la responsabilidad de cualquier área en la que la tecnología influye en la sociedad debería repartirse entre las empresas, los gobiernos y los ciudadanos. Smith sentenció: "En mi opinión, los gobiernos tienen un papel claro que desempeñar. Las soluciones reales para el futuro provendrán de unir a empresas y gobiernos".
En cuanto a las predicciones de Smith sobre el empleo, tal vez se cumplan antes de lo que él espera. Mientras salía de detrás del escenario, un emprendedor de Denver (EE. UU.) se acercó a Smith para presentarse. ¿Su compañía? Una start-up que desarrolla tecnologías para reemplazar a los trabajadores que toman los pedidos de los clientes desde sus vehículos con mediante un software de reconocimiento de voz.