El exsecretario del Tesoro de EE. UU. Robert Rubin es consciente de que la tecnología va a destruir puestos de trabajo y apuesta por el funcionariado y las subvenciones en formación para ayudar a las personas a hacer una transición hacia el nuevo modelo económico que se avecina
La tecnología está cambiando el panorama laboral a una velocidad vertiginosa. ¿Cómo van a mantenerse las empresas, los negocios, las universidades y los gobiernos? El exsecretario del Tesoro de Estados Unidos Robert Rubin cree que la respuesta está en asegurarse de que las personas hablen entre sí y luego avancen juntas. Hablamos con Rubin, quien ahora dirige el Proyecto Hamilton, un laboratorio de ideas ubicado en Washington (EE. UU.), para entender qué tipo de políticas necesitamos para garantizar que las personas prosperan a medida que la tecnología penetra cada vez más en el mercado laboral.
¿Cree que los políticos están haciendo lo necesario para preparar a la fuerza de trabajo para una mayor automatización?
Hace poco el Instituto Global McKinsey publicó un informe en el que proyectaba que, para 2030, aproximadamente un tercio de los trabajadores estadounidenses se vería forzado a cambiar de trabajo o a dejar el puesto que tendrá en ese momento. El informe también cree que habrá oportunidades de aumentar áreas laborales que ya existen, como educación, administración y tecnología, y que necesitarían más personal. Pero harán falta muchas políticas públicas para apoyar esa transición.
¿Cuáles son las políticas específicas que cree que deben promulgarse ya para abordar el problema de la automatización del empleo en Estados Unidos?
Necesitamos tener empleo público (trabajos financiados por el Gobierno para tareas como reparación de infraestructuras), porque hay muchas personas que no tienen las habilidades duras o blandas para ser parte de la fuerza laboral principal. Si las tuviéramos, podríamos estar entrenándolas al mismo tiempo que producen bienes y servicios útiles para la sociedad. Una vez que adquieran las nuevas habilidades que se necesitan, podrían mudarse al sector privado. También necesitamos apoyo para programas subvencionados de aprendizaje, subvenciones para la educación permanente y otros programas que ayudarán a las personas a prepararse para hacer la transición a la economía del futuro. Será muy diferente incluso de la [economía] de hoy, y la de hoy ya ha cambiado mucho.
A mucha gente le preocupa que la automatización sea un asesino laboral que solo sirve para llenar los bolsillos de algunos altos ejecutivos. ¿Qué piensa usted de esto?
Creo que la tecnología, al mejorar la productividad, puede conducir a un crecimiento económico más rápido. Entonces, la pregunta es ¿quién se va a beneficiar de ese crecimiento? Creo que las empresas tienen una gran ventaja, ya que pueden sustituir capital por trabajo. Creo que los responsables políticos se enfrentan al desafío de encontrar otras oportunidades que requieran más mano de obra.