La ciudad estadounidense de Berkeley quiere que los contratos inteligentes sustituyan a los procesos habituales de compra de bonos municipales para agilizar la recaudación de fondos. Si funcionan, el nuevo concepto de "oferta inicial de comunidad" podría ser revolucionario
Venezuela lo está haciendo; Estonia, también. Y ahora, la ciudad de Berkeley en California (EE. UU.) está considerando lanzar su propia oferta inicial de monedas (ICO por sus siglas en inglés de Initial Coin Offering), respaldada por el Gobierno. Pero este concepto es diferente al de la locura de las ICO que se ha apoderado del mundo de la criptografía en el último año. También está muy lejos de ser el rezo desesperado de un estado petrolero para salvar una economía que se hunde.
El objetivo del miembro del Consejo de la ciudad de Berkeley Ben Bartlett es mucho más mundano, pero, si funciona, podría resultar revolucionario. El responsable quiere utilizar la tecnología blockchain para convertir los bonos municipales en activos criptográficos, o tokens de activos. Barrlett ha denominado a esta estrategia como "oferta inicial de comunidad".
La idea se basa en el principio de que los contratos inteligentes, los programas informáticos basados en cadenas de bloques que han impulsado el nacimiento de las ICO, pueden mediar de forma segura los procesos de compra, venta y negociación de activos, incluyendo acciones y bonos. Para las ciudades, los bonos municipales son un medio vital para recaudar fondos para todo tipo de proyectos, como la construcción de nuevas escuelas y hospitales, la mejora de las carreteras y la actualización de un sistema de alcantarillado. Para atraer a los inversores, los emisores de bonos pagan regularmente los intereses periódicos a los titulares de los bonos, por lo general cada seis meses, hasta que el bono caduca. Cuando esto pasa, el emisor está obligado a devolver el valor nominal del bono al titular.
Pero Bartlett afirma que el sistema actual de emisión de bonos municipales se ha vuelto extremadamente complicado y depende de una serie de intermediarios que aumentan los costes y retrasan las cosas. De hecho, cuesta tanto emitir un bono que, en esencia, resulta inútil como herramienta para financiar un proyecto municipal pequeño. Bartlett dice que la cadena de bloques puede eliminar gran parte de esa sobrecarga y permitir que las organizaciones estén más centradas en su recaudación de fondos, por ejemplo, emitiendo bonos para financiar un teatro comunitario concreto, un proyecto de vivienda o la compra de una ambulancia.
El control del mercado actual de bonos municipales se concentra en unos pocos bancos globales. Además, la estructura actual del mercado "favorece los proyectos a gran escala frente a los proyectos de tamaño correcto", coincide el CEO de la start-up Neighborly, Jase Wilson. Por ejemplo, "si una comunidad necesita un par de millones de euros para una microrred solar, es muy difícil reunir esa cantidad de dinero", apunta el experto. Pero blockchain puede reducir la necesidad de intermediarios financieros, lo que ampliaría el acceso a ambos lados del mercado, sostiene Wilson.
Neighborly es una de las empresas que trabajan con Bartlett y el alcalde de Berkeley, Jesse Arreguín, en una serie de propuestas para utilizar la tecnología de cadena de bloques para recaudar dinero destinado a proyectos públicos. Bartlett afirma que las propuestas se anunciarán en mayo.
El objetivo de Berkeley de lograr un bono municipal criptográfico puede enfrentarse a varios obstáculos políticos, legales y regulatorios. También hay preguntas técnicas delicadas, como qué tipo de cadena de bloques y aplicaciones de cartera utilizar, y cómo asegurarse de que los contratos inteligentes asociados a los bonos son seguros. Pero Bartlett, que ve el enfoque como una forma rápida de recaudar fondos necesarios para viviendas asequibles y otros proyectos, parece comprometido. "Es una estrategia necesaria para sacar recursos de donde no los hay", concluye.