Mercury incorpora un sistema de calefacción que se adapta a la temperatura ambiental y a la actividad, incluso se conecta con Alexa. Más allá de su utilidad, es un ejemplo de cómo será el mundo de la moda cuando la ropa se convierta en un elemento más para monitorizar a las personas
Si para usted es un gran problema tener que llevar un abrigo grueso o una cazadora de invierno dentro de un acalorado vagón de metro, la empresa Ministry of Supply tiene la solución perfecta para usted.
La compañía de ropa con sede en Boston (EE. UU.), famosa por sus experimentos con tecnología y moda, acaba de lanzar una campaña en Kickstarter para recaudar fondos para su última creación: la cazadora térmica inteligente Mercury. Se trata de una cazadora térmica conectada a internet que se controla a través de una app y se sincroniza con Alexa para personalizar la temperatura mediante aprendizaje automático.
Detrás de esta enorme ristra de tecnicismos se esconde un producto intrigante.
Las cazadoras con calefacción no son nuevas. Puede comprar una por internet ahora mismo por entre unos 160 euros y 240 euros, el mismo rango de precio por el que Ministry of Supply ofrece su cazadora Mercury. Pero a diferencia de este nuevo modelo, las que hay disponibles ahora mismo necesitan activarse y ajustarse manualmente. En lugar de eso, la cazadora de Ministry of Supply utiliza un acelerómetro y sensores de temperatura para cambiar el nivel de calor que genera en función de la temperatura ambiental y el nivel de actividad. Gracias a ello, la cazadora calienta al usuario cuando hace frío pero no le hace sudar en el metro, un verdadero milagro de la tecnología de vanguardia.
La cazadora deportiva en números
Temperatura máxima: 57 °C
Tiempo que tarda en calentarse por completo: 90 segundos
Duración de la carga con uso continuo a máxima potencia: 4 horas
Peso sin batería: cerca de un kilogramo
Precio del modelo chaleco: 158 euros
Coste del modelo cazadora: 240 euros
Fecha de lanzamiento: noviembre de 2018
Para los que tengan curiosidad, la experiencia de llevar puesta esta cazadora es… agradable. Las conexiones de Bluetooth necesitan optimizarse y el sistema de calefacción no siempre es necesario si la temperatura no es muy baja. Pero la prenda cumple con su función y está compuesta por materiales de alta calidad, uno de los sellos de marca de Ministry of Supply. La que yo me probé era un prototipo, así que es probable que el producto final, que se empezará a vender en noviembre, incorpore algunas mejoras. En cualquier caso, la cazadora no cumple lo que promete el eslogan de la compañía de "resolver un problema crítico de vestuario", o por lo menos no resuelve el mío.
Foto: Vista del prototipo de la cazadora Mercury a través de una cámara térmica. Crédito: Erin Winik
Puede que lo más interesante acerca de esta cazadora es que Ministry of Supply la está utilizando para explorar qué pasa cuando una prenda de ropa se adentra en el universo de internet de las cosas y, por tanto, se convierte en una nueva fuente de datos. El cofundador y presidente de la compañía, Gihan Amarasiriwardena, afirma: "Como compañía de ropa, el mejor dato que puedes tener es si tu cliente compró el producto y quién es tu cliente”. Cuanta más gente adquiera una cazadora Mercury, más cosas podrá aprender Ministry of Supply, como cada cuánto se la ponen sus clientes, la longitud de sus trayectos diarios, sus preferencias de temperatura, si la llevan puesta mientras trabajan, y muchas cosas más.
Está claro que al comprar una Mercury se acepta el empezar a formar parte de la base de datos de la compañía, es decir, se acepta que la empresa registrará el comportamiento del usuario siempre que la lleve puesta. Ya nos hemos acostumbrado a esto con nuestros smartphones pero, ¿estamos listos para ceder más datos personales a cambio de la promesa de la empresa de que los utilizará para construir una prenda mejor? Ministry of Supply apuesta que el axioma del mundo de la tecnología (el hecho de que las compañías que tengan más y mejores datos tendrán ventaja sobre la competencia) también se va a convertir en una verdad absoluta en el mundo de la moda. Y si está en lo cierto, el concepto de armario conectado empieza a parecer una realidad.