Varias compañías han instalado sensores para medir cuánto, cuándo y con quién hablan sus empleados y qué programas usan. ¿Cuáles son los beneficios potenciales de este Gran Hermano laboral?
Crédito: Jordan Richman (Flickr).
Hace mucho que los jefes quieren saber a qué dedican el tiempo sus equipos. Ahora podrían conseguirlo gracias a nuevas tecnologías de vigilancia de oficinas.
Bloomberg informa de que un creciente número de empresas está equipando sus oficinas con sensores para rastrear a sus empleados. Estos sensores están instalados en sistemas de iluminación, en paredes, debajo de mesas. Básicamente en cualquier sitio que les permita medir cosas como dónde está la gente y cuánto habla o se mueve.
Los datos en bruto sólo son el principio. New Scientist informó recientemente de que una start-up llamada Status Today utiliza software para procesar todo tipo de información, desde las pasadas de las llaves de acceso hasta las aplicaciones que la gente usa desde sus ordenadores. El objetivo es entender cómo trabajan los empleados y la empresa en general.
Sus defensores sugieren que la información recopilada mediante estas iniciativas puede optimizar las empresas y detectar problemas en potencia antes de que se produzcan. Tal vez sólo dos tercios de las mesas son utilizadas en cualquier momento dado, por lo que la empresa podría reducir la cantidad de espacio de oficina que alquila. O quizá un empleado accede a una gran cantidad de datos sensibles y programa un gran número de reuniones externas, por lo que el sistema le podría señalar como un riesgo de seguridad en potencia. Estos son, después de todo, problemas que quitan el sueño a los ejecutivos.
Por supuesto, el enfoque también puede resultar espeluznante, una vigilancia al estilo de Gran Hermano.
Algunas empresas están dispuestas a correr ese riesgo con la esperanza de disponer de una plantilla más creativa y productiva. En el caso de las elegantes oficinas nuevas de Boston Consulting Group en Manhattan (EEUU) y algunas partes del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido y la empresa de servicios profesionales Deloitte, los empleados están siendo rastreados (voluntariamente) con dispositivos biométricos fabricados por una empresa llamada Humanyze.
Estos dispositivos emplean sensores para medir el movimiento, el sonido y la ubicación, entre otras cosas, lo que permite que la empresa sepa lo que realmente hace su plantilla. Según Crain´s, los dispositivos incluso son capaces de medir lo que se conoce como latencia. Se trata del tiempo pasa un individuo sin intercambiar una palabra con nadie y cuando sí se pronuncia esa palabra, dónde y a quién se dirige. Eso podría indicar, por ejemplo, que los empleados generan sus mejores ideas en una zona común concreta, o que pasan demasiado tiempo charlando en la cocina.
Los culpables temerán que tal escrutinio los señale como los holgazanes que son. Mientras tanto, los demás podríamos tener que aceptar la intrusión a regañadientes. Porque, como señala Bloomberg, en Estados Unidos es perfectamente legal grabar lo que sucede en el entorno de trabajo. Así que no se entretenga demasiado en la máquina de café.
(Para saber más: Bloomberg, New Scientist, Crain’s, New York Post)