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Tecnología y Sociedad

Dropbox está decidida a comerse el mundo, y piensa empezar por las empresas

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La empresa se convirtió en una valiosa "unicornio" tecnológico al ofrecer almacenaje en la nube gratuito a cientos de millones de personas. ¿Podrá Dropbox encontrar la manera de perdurar al capitalizar los usuarios corporativos?

  • por Peter Burrows | traducido por Teresa Woods
  • 12 Enero, 2017


Crédito: Sam D’Orazio.

De las grandes ofertas públicas iniciales (OPI) que se espera que se produzcan en 2017, la de Dropbox podría ser una de las más interesantes. 

Cuando Dropbox recaudó dinero por última vez, en 2014, estaba valorada ya en unos contundentes 10.000 millones de dólares (unos 9.618 millones de euros). Pero grandes inversores como Fidelity y T.Rowe Price redujeron el valor de las acciones de Dropbox en sus libros hasta un 50 % en 2015. La preocupación principal: ¿podría una empresa cuyo servicio gratuito de almacenamiento de documentos es utilizado por cientos de millones de personas encontrar suficientes clientes de pago como para hacer un gran negocio?

Puede que a los inversores les aguarde una gran sorpresa. Según fuentes conocedoras de las finanzas de la empresa, las ventas están alcanzando más de 750 millones de dólares (unos 722 millones de euros) al año, cuando en 2014 eran alrededor de 400 millones de dólares (unos 385 millones de euros). El aumento se debe en parte a las ventas cada vez mayor de Dropbox Business, una versión más sofisticada del servicio gratuito por 150 dólares (unos 144 euros) por empleado y año. La empresa tiene un flujo de caja positivo desde principios de 2016 y ha invertido con fuerza en ingeniería, ventas e infraestructura de IT.

Ahora el CEO y cofundador de la empresa, Drew Houston, está dirigiendo una nueva estrategia. Además de vender sistemas para mantener archivos y documentación digital segura y accesible, Dropbox tiene intención de ofrecer software que utilizarían los profesionales durante horas cada día para crear contenidos y ejecutar su trabajo. La empresa revelará más detalles acerca de su hoja de ruta de productos el 30 de enero, según una invitación enviada a la prensa. "[Dropbox] es una empresa de software madura y muy, muy potente", afirma el socio de la empresa de capital riesgo Sequoia Capital y uno de los primeros inversores en Dropbox, Brian Schreier.

Eso no significa que Dropbox vaya a llegar a esa embriagadora valoración de 10.000 millones de dólares (unos 9.618 millones de euros), la cual se consideró en su momento como la señal de una burbuja a punto de reventar. Incluso si logra 1.000 millones de dólares (unos 962 millones de euros) en ingresos anuales cuando llegue la OPI, los inversores aún tendrían que considerar que la empresa valga 10 veces el volumen de sus ventas actuales. En la actualidad, una empresa media de software en la nube cotiza alrededor de tan solo 4,7 veces el volumen de sus ingresos, según información de Bessemer Venture Partners.

Aun así, Schreier y otros inversores insisten en que no les preocupa el modelo de negocio básico de Dropbox. Alrededor de 10 millones de usuarios nuevos empiezan a utilizar su versión gratuita cada mes. Un porcentaje cada vez más grande de esos usuarios se registra para utilizar la versión Pro de 100 dólares (unos 92 euros) al año, con más funciones para almacenar y compartir. Muchos de esos cliente Pro también utilizan Dropbox en el trabajo y, una vez que sus empleadores se den cuenta de lo popular que es, tendrán más probabilidades de pasarse a Dropbox Business, diseñado para utilizarse por equipos en lugar de personas individuales. Hasta ahora, más de 200.000 empresas se han registrado en Dropbox Business, frente a las 50.000 que había en 2014. Mientras que la mayoría son empresas pequeñas y medianas, unas pocas empresas grandes como Expedia y News Corp tienen más de 10.000 trabajadores registrados. 

Un impulso exitoso a su potencial como software de productividad y colaboración podría ofrecer a los clientes empresariales mucho más que comprar a Dropbox. El primer ejemplo es Paper, el cual proporciona una especie de espacio virtual en blanco donde trabajadores de la empresa y colaboradores externos pueden compartir hojas de cálculo de Excel, Google Docs y otras herramientas sin importar qué dispositivo utilicen. La idea es vincular docenas de herramientas de productividad distintas e incorporar funciones de gestión para ayudar a los equipos a mantener sus proyectos encauzados. Paper lleva funcionando en modo beta desde 2015, pero parece acercarse ya a un lanzamiento oficial.

"Paper va a ser muy importante para nosotros", asegura el director de operaciones de Dropbox, Dennis Woodside, quen rehúsa comentar los planes de la compañía para su OPI así como los ingresos. "En cinco años, se podría lanzar un negocio en Dropbox: es algo a lo que aspiramos". 

Dropbox dista mucho de ser la única empresa que busca cambiar la forma de ejecutar el trabajo. Google ofrece G Suite, que contiene versiones para empresas de apps como Google Docs y Gmail. Facebook tiene un servicio de colaboración llamado Workplace. Microsoft está mejorando su oferta en la nube a la vez que busca defender su inmensa cuota de mercado ganada con los monopolios de Windows y Office. Box está siendo bien acogido y consolidándose en las empresas de industrias muy reguladas como la atención sanitaria y los servicios financieros, mientras que empresas más jóvenes como Asana, Atlassian y Slack ya abordan elementos de lo que intenta hacer Dropbox. Según la analista de al consultora Gartner Karen Hobart, hay 130 empresas involucradas en el mercado del almacenamiento y la sincronización de documentos electrónicos. 

Sin embargo, hasta sus rivales ven a Dropbox como uno de los supervivientes probables de la consolidación del mercado. El mercado total estimado para las herramientas de productividad  y colaboración es de 30.000 millones de dólares (unos 28.888 millones de euros), en el caso de que se reemplacen todos los discos duros de ordenador y programas tradicionales de Windows o Mac por alternativas basadas en la nube. "Es una orden de magnitud mayor que los ingresos combinados de todos los actores actuales", señala el CEO de Box, Aaron Levie. "A medida que todo se desplaza a la nube, se crea una gran oportunidad". 

Esquivar obstáculos

Dropbox se ha estado preparando para esta oportunidad desde 2014, cuando Houston contrató a Woodside. Antiguo consultor en McKinsey, Woodside empezó a trabajar para Google en 2003 como un experto en operaciones. A partir de ahí dirigió las ventas estadounidenses del buscador y después la división de móviles de Motorola Mobility. Una vez en Dropbox, Woodside ha contratado a más de 200 comerciales cuando antes no había ninguno y la empresa dependía únicamente de los clics de internet. El equipo de ingeniería se ha más que doblado para superar las 1.000 personas, un tamaño grande desde cualquier punto de vista. Y ha supervisado una arriesgada transformación de TI. Mientras la mayoría de los negocios trasladan una proporción cada vez mayor de sus negocios a plataformas públicas en la nube como la de Amazon Web Services, Dropbox ha trasladado miles de millones de los documentos de sus clientes estadounidenses desde el sistema de Amazon hasta tres centros de datos propios. De esa manera, Dropbox puede refinar el funcionamiento de su red para reducir el tiempo que se tarda en almacenar y sincronizar el tráfico.

El resultado de estos cambios se parece más a una empresa de software tradicional que al fabricante de apps hipereficiente que fundó Houston en 2007. La idea para crear Dropbox surgió cuando Houston se dio cuenta durante un largo recorrido en autobús de que se había olvidado su memoria USB con documentos del trabajo en casa. La app de almacenaje en la nube resultante causó sensación entre toda la gente que compartía su dolor. Para 2012, Dropbox contaba ya con 100 millones de usuarios registrados.

Entonces, las cosas se complicaron. Gigantes como Amazon, Apple, Microsoft y Google empezaron a regalar capacidad de almacenaje en la nube como una manera de mejorar otras ofertas comerciales. Al desplomarse los precios, los especialistas en almacenaje en la nube se enfrentaron a una amenaza existencial. Aunque Box le ha llevado la delantera a Dropbox a la hora de centrarse en las necesidades de los clientes profesionales, ha tenido que luchar por lograr la confianza de los inversores tras salir a bolsa a principios de 2015. Hasta hace pocas semanas, las acciones de Box se vendían muy por debajo del precio de la oferta inicial de 14 dólares (unos 13,5 euros) por acción.

El movimiento de Dropbox hacia el gran mercado del software de productividad y colaboración podría mejorar las previsiones, pero hacerlo requerirá que la empresa logre llevar a cabo dos difíciles transformaciones a la vez.

Dropbox aún está evolucionando desde proveedor de una app de consumo gratuito a una empresa de infraestructuras de TI empresarial. Ahora también necesitar pasar de vender una tecnología diseñada para ser lo más invisible posible -después de todo, a la gente le encanta Dropbox porque no hace falta pensar en él- a crear productos que la gente utilizaría durante gran parte del día. De nuevo, Box representa un ejemplo admonitorio. Introdujo un producto del estilo de Paper hace tres años llamado Box Notes, pero Levie reconoce que su acogida ha sido menos que impresionante. Box tiene planes de realizar un "importante relanzamiento" este año.

Woodside considera que pocas empresas tienen el tamaño, la experiencia técnica y la marca para lograr sus ambiciosos planes. "Existen cerca de 2.000 millones de trabajadores del conocimiento en el mundo, y sé lo siguiente: las herramientas que utilizarán en cinco años no son las que utilizan hoy", afirma. Las empresas con grandes números de clientes fieles tienen una enorme ventaja a la hora de averiguarlo, sostiene. "¿Será el número final 500 millones? ¿1.000 millones? No lo sé. Pero tenemos una oportunidad".

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