15 aeronaves transportarán sangre y medicamentos en regiones remotas del país para mejorar su salud pública, algo que ha convenido a los reguladores frente a las restricciones en países como EEUU
Una start-up llamada Zipline empleará una flota de drones de larga distancia para entregar de forma aérea valiosos suministros de sangre y medicamentos a remotas instalaciones médicas por todo Ruanda. Este proyecto con capacidad para salvar vidas señala el potencial de los vehículos aéreos no tripulados para revolucionar la entrega de algunos bienes. Pero también destaca el hecho de que los drones repartidores de momento sólo tienen sentido en situaciones extremas.
Zipline colabora con el Gobierno de Ruanda para crear una red de drones repartidores que transportará suministros médicos por todo el país. La red será capaz de realizar entre 50 y 150 entregas al día, con el uso de una flota de 15 aeronaves, cada una equipada con dos motores eléctricos y una envergadura de casi unos dos metros y medio. Los vehículos no tripulados navegarán con el uso de GPS y lanzarán los suministros desde el aire antes de volver a la pista de aterrizaje desde la que despegaron.
Podría parecer extraño que uno de los países más pobres del mundo sea el primero en obtener una red de drones de entrega, especialmente cuando las empresas en Estados Unidos han alabado tanto el potencial de los drones para la entrega a domicilio de bienes comunes. Pero las estrictas regulaciones, las preocupaciones de seguridad y los retos técnicos hacen que la entrega regular de paquetes por dron parezca poco realista en estos momentos.
Crédito: Zipline.
Resulta mucho más fácil defender su uso para repartir bienes valiosos en emplazamientos remotos, y por tanto el proyecto de Zipline representa una excelente demostración del potencial real de las entregas por dron.
Para la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, "este visionario proyecto en Ruanda podría revolucionar la sanidad pública, y su potencial para salvar vidas es enorme".
Zipline también ilustra la tendencia de Silicon Valley (EEUU) por lanzar proyectos de emprendimiento que miren más allá del desarrollo de apps, aprovechándose de las últimas tendencias tecnológicas. El inversor de Zipline Paul Willard afirmó a The New York Times: "Siempre me acuerdo del capitalista de riesgo Peter Thiel, que dijo: 'Nos prometieron coches voladores y lo único que conseguimos fueron 140 caracteres'. Este proyecto recuerda un poco más a los coches voladores".
(Para saber más: New York Times, El dron repartidor podría legalizarse en dos años pero no espere verlo por su jardín)