Las empresas de productos compiten en la edificación de fábricas cada vez más grandes para producir dispositivos cada vez más baratos. Pero cuando estos aparatos comienzan a comunicarse, entra en juego un tipo de economía muy diferente. Esto se conoce como efecto de red, y se produce cuando cada nuevo usuario de un producto hace que su valor sea más alto. Tomemos como ejemplo el teléfono hace un siglo. Cuantas más personas utilizaban el invento de Bell, más valioso se convertía para todas ellas. El teléfono se convirtió en una plataforma para un sinfín de nuevos negocios que su inventor nunca llegó ni siquiera a imaginarse.

Ahora que cada vez más objetos se están conectando a las redes, desde semáforos en la calle hasta turbinas eólicas y coches, hay oportunidades de que emerjan nuevas plataformas. Por ese motivo algunas empresas están buscando el asesoramiento de un profesor de negocios de la Universidad de Boston (EEUU), Marshall Van Alstyne, que ha estudiado la economía del correo electrónico basura y las redes sociales.

Actualmente, Van Alstyne estudia la "economía de plataforma", o por qué empresas como Uber, Apple y Amazon tienen tanto éxito y qué pueden hacer los fabricantes de productos tradicionales para emularlas. El editor sénior de negocios de MIT Technology Review, Antonio Regalado, visitó a Van Alstyne en su oficina en Boston.

¿Cómo puedo saber si una empresa es una plataforma?

Si produces valor, entonces eres una empresa de producto clásica. Pero existen nuevos sistemas en los que se crea el valor fuera de la empresa, y eso es una plataforma de negocios. Apple se lleva el 30% de las innovaciones de otras empresas en su tienda de aplicaciones. Mi definición de plataforma es un estándar publicado que permite a otros conectarse a él, junto con un modelo de gobierno que establece quién obtiene qué. Las plataformas de negocios a menudo se dedican a encontrar una conexión. En el caso de Uber es una conexión entre conductores y viajeros. En Airbnb, es entre viajeros y la capacidad sobrante de habitaciones de huéspedes.

¿Conectar objetos ordinarios como tostadoras a internet va a desencadenar nuevas plataformas?

Desde luego que sí. Pero no nos podemos quedar sólo con la conectividad. A menudo el error de los tecnólogos es que simplemente se quedan con los estándares, con las conexiones. También hay que añadir los motivos que puedan tener otras personas para agregar valor. Esto a menudo significa que tienes que permitir la recombinación de características de modos que tú, el diseñador original, simplemente no has podido anticipar. La gente ha combinado las funciones del iPhone en cientos de miles de aplicaciones que Apple ni siquiera llegó a concebir. Eso es también lo que permite el internet de las cosas si lo diseñas de la manera correcta.

"Para poder competir, la mayoría de las empresas añaden nuevas características a los productos. No se han parado a pensar en cómo agregar nuevas comunidades o efectos de red".
-Marshall Van Alstyne

¿Me puedes dar un ejemplo actual?

Acabo de recibir una llamada de Philips Lighting. Están añadiendo una serie de API a sus luces LED para que cualquier persona pueda crear millones de colores, crear aplicaciones para momentos románticos o generar los colores de la puesta de sol de uno de sus viajes favoritos. Puedes cambiar las luces de tu estudio en función de las condiciones del mercado de valores. Eso es el internet de las cosas, y lo están abriendo a todos los usuarios.

¿Las compañías de productos tienen dificultades para hacer este tipo de transición?

Lo difícil para ellas son los modelos mentales. Es fascinante. Para poder competir, la mayoría de las empresas añaden nuevas características a los productos. No se han parado a pensar en cómo agregar nuevas comunidades o efectos de red. Uno de los puntos en los que insisto es que los modelos de negocios de plataforma son como jugar al ajedrez en 3D.

Estimas que la mitad de las 20 empresas más importantes del mundo, como por ejemplo Google, poseen sus propias plataformas. ¿Por qué son empresas ganadoras?

Muchos afirman que las plataformas siempre superan a los productos. Por ejemplo, el iPhone está absorbiendo las características de la grabadora de voz, la calculadora y las consolas de juegos. Esto se debe a que los productos independientes siguen un cierto ritmo de innovación. Pero si abres el producto para que otras personas pueden añadirle valor, y diseñas las reglas del ecosistema de tal manera que quieran hacerlo, la curva de innovación es más rápida.

Para mí esto crea enormes oportunidades para hacerse con una porción del negocio de empresas existentes en todos los distintos tipos de bienes. O para que las empresas existentes amplien sus mercados si están prestando atención.

¿Cuáles son algunas de las siguientes áreas para las plataformas?

Aquellas en las que se está añadiendo conectividad. Ciudades, atención sanitaria, educación, redes eléctricas.

¿Cuáles son las mayores dificultades?

En muchos casos, no se han establecido modelos de gobierno. Por ejemplo, la densidad de población puede ser determinada por la distribución de la telefonía móvil. Una empresa de telecomunicaciones posee esos datos. ¿Cómo la motivas para compartirlos? Hay muchos sensores capturando datos, pero ¿cómo divides el valor? Esas son las reglas en las que hay que trabajar, y esa es la pieza que falta en la mayoría de las discusiones sobre el internet de las cosas. Hay que aportar incentivos económicos, no sólo conectividad.