Cadenas de bloques y aplicaciones
Las 'apps' de telemedicina podrían empeorar los casos de hipocondría
Poder consultar con un médico a cualquier hora y desde cualquier sitio es una gran ventaja, salvo para los pacientes hipocondríacos dispuestos a gastarse sus ahorros en consultas innecesarias
Crédito: Adrian Farrow.
Antes, la gente hipocondríaca tenía que acudir a la consulta del médico para calmar sus preocupaciones. Pero gracias a una nueva generación de apps, ahora simplemente pueden sacar un smartphone y contactar con un profesional médico en cualquier momento, desde cualquier lugar.
Se calcula que la hipocondría, que ahora se denomina trastorno somatomorfo, puede afectar a entre menos del 1% hasta casi el 12% de la población. Para algunas de estas personas, un nuevo conjunto de apps de telemedicina como MDLive y Doctor on Demand resultan atractivas porque están cubiertas por las aseguradoras médicas privadas y también permiten pagos directos de entre 38 y 57 euros por una breve consulta por vídeo o teléfono.
Debido a la sencillez de estas apps, algunos expertos médicos se preguntan si, con el paso del tiempo, serán empleadas por un número desproporcionado de usuarios con trastornos de este tipo. Este tipo de perfiles ya han empezado a aparecer y los proveedores de apps están topando con la pregunta ética de si deberían animar a los usuarios a buscar tratamiento psicológico.
La directora de asuntos médicos de MDLive, Deborah Mulligan, afirma que la app de la empresa tiene 28 millones de usuarios registrados, y es probable que alrededor del 6% sufra de este trastorno, una cifra que refleja la proporción encontrada en la población general.
Lo que complica el tema es que con cualquier otro tipo de tecnología móvil, estas personas serían consideradas "super usuarios" que impulsan los ingresos, justo el tipo de perfil que a las empresas les interesa que siga usando la app a menudo. Pero en el espacio de la telemedicina, los proveedores de apps pueden sentir la responsabilidad ética de monitorizar este tipo de comportamientos y dirigir a los usuarios a servicios de salud mental.
Mulligan dedicó gran parte de su carrera a trabajar en unidades de emergencia, donde fue entrenada para reconocer los síntomas de este tipo de trastorno, que incluyen preocuparse por padecer una enfermedad cuando no existen síntomas, experimentar un alto grado de ansiedad a causa de dolores y molestias menores y no sentirse tranquilo ante resultados negativos. La experta recuerda un paciente de MDLive que mostró todos estos síntomas, y quien pidió consultas regulares para hablar sobre un trastorno concreto que no padecía. Tras varias sesiones ganándose su confianza, Mulligan recomendó que el paciente probara el servicio de terapia conductista cognitiva de MDLive.
La responsable recuerda: "Me contactó después para darme las gracias. Fue como quitarse un peso de encima".
El miembro de la junta de Doctor on Demand Bob Kocher dice que la mayoría de la gente que utiliza la app hace consultas sobre síntomas rutinarios, como catarros y gripes. No tiene conocimiento de pacientes hipocondríacos que utilicen regularmente la app para aliviar temores excesivos relacionados con sus síntomas. Sin embargo, cree que es posible que un mayor número de pacientes de este tipo descubra la app a medida que se popularice.
Kocher afirma: "Sinceramente, creo que hay algunos pacientes así dentro del sistema sanitario que aún no nos han encontrado. Estoy seguro de que algún día celebraremos juntas sobre un paciente que nos usa 20 veces esa semana".
Kocher sugiere que los proveedores de apps podrían ganar "mucho dinero" mediante estas interacciones, pero tendrán la responsabilidad de investigar si el problema fue resuelto o abordado correctamente.
Uno de los retos de encontrar este tipo de usuarios, según los expertos, es la falta de transparencia de datos, especialmente puesto que las apps no intercambian datos entre sí. El codirector del programa de psiquiatría digital del Centro Beth Israel Deaconness (EEUU), John Torous, afirma: "Realmente desconocemos la frecuencia de los usuarios [de estas apps]. Es una población que no está bien caracterizada".
Y el director médico de Doctor on Demand, Ian Tong, señala que podría resultar complicado monitorizar la hipcondría si los pacientes utilizan varias apps distintas. El experto concluye: "Podríamos ser incapaces de detectarlo a menos que al paciente se le receten muchas medicaciones".