Cadenas de bloques y aplicaciones
El 'Show de Truman' para registrar cada detalle de la vida ha resultado inútil
Después de años de medir y grabar cada posible aspecto de su vida, el redactor jefe de 'Wired', Chris Anderson, uno de los mayores seguidores del autorrastreo, ha decidido que no sirve para nada
El antiguo redactor jefe de Wired, Chris Anderson, provocó un gran revuelo en Twitter el pasado fin de semana cuando anunció que abandona su experimento de autorrastreo.
Anderson no es simplemente uno de los primeros adoptantes de la tendencia que consiste en emplear la tecnología para medir todos los parámetros de actividad social y fisiológicos, sino que prácticamente ha sido su principal portavoz. Así que que Anderson afirme que todos sus esfuerzos han resultado inútiles ha sido un duro golpe para todos los interesados en hacer una versión propia y voluntaria del Show de Truman (un concepto conocido como autocuantificación)
No es el único. Este mes, Computerworld habló con el investigador emérito de Microsoft Gordon Bell, que alcanzó la fama por llevar una minicámara al cuello para grabar cada detalle de su vida.
Bell, ahora de 81 años de edad, le contó a Computerworld que también se ha rendido. El experto afirmó que todo el proyecto de registrar cada instante de su vida "no era algo que aportara demasiado valor" .
Como describe la página web de su experimento MyLifeBits, Bell había intentado crear otra versión de Memex (el primer concepto de registrarlo todo concebido por Vannevar Bush en 1945). Bell dijo que actualmente los smartphones ya realizan esta función para la mayoría de la gente.
Foto: Google Glass fue el producto insignia de la industria del registro de la vida... hasta que lo dejó de serlo. Crédito: Stephen Lam (Getty Images).
Facebook representa una especie de registro de vida, con detalles como selfies y los logros obtenidos a lo largo de los años, aunque las actualizaciones con enlaces a artículos de prensa y vídeos han empezado a imponerse al intercambio de detalles personales. Aun así, la mayoría de nosotros registramos cada vez más datos sin ni si quiera pensar en ello, incluso si sólo se registran en la bandeja de salida del correo electrónico.
Así que, ¿ha muerto el registro de la vida? Contacté con Stephen Wolfram, que puede que sea la persona más registrada sobre la faz de la Tierra. Wolfram lleva recopilando datos sobre sí mismo, incluida la hora, duración y contenido de cada llamada telefónica en la que participa, desde finales de la década de 1980. Wolfram afirma: "No me imagino parando. Mi enfoque es automatizarlo todo, para que yo no tenga que hacer nada de forma regular".
De hecho, dijo que intentaba recordar qué ficheros informáticos había creado entre el 1 de junio y el 5 de junio de 1987, y afirmó: "Fue genial poder simplemente buscarlo entre mis datos".
Wolfram se toma muy en serio lo que él denomina "el análisis personal". Me señaló un nuevo producto, Wolfram Data Drop. Se trata de un servicio que acumula datos de cualquier tipo y facilita su análisis. Se le puede reenviar todos los correos electrónicos y tuits para después procesarlos con su software matemático. Wolfram afirma que hablará más sobre el autorrastreo en su blog dentro de una semana.
Aun así, el tuit de Anderson realmente sentó como una estaca en el corazón. Se suponía que la tecnología iba a revolucionar la forma de adquirir datos sobre nuestros propios comportamientos. Dentro del sector de la atención médica en particular, miles de millones de dólares de inversión aún penden de la cuestión de si rastrear los latidos, pasos o cualquier otro parámetro biométrico podrá mejorar la salud de la gente.
Anderson, que después de dejar Wired fundó una empresa de drones llamada 3D Robotics, dijo que buscaba métodos que le permitieran dormir mejor (había tomado somníferos y probado otros remedios). Pero afirmó que "los datos del sueño son tan malos" que no podía "establecer una correlación con las acciones". No quedó claro qué dispositivo había estado empleando para medir el sueño.
Las aplicaciones de rastreo de salud han sido especialmente criticadas, en parte por la imprecisión generalizada de las mediciones fisiológicas que son capaces de recopilar.
Existen excepciones. Para los diabéticos, que necesitan conocer sus niveles de glucosa en sangre, el registro de vida y el rastreo de salud no sólo son una realidad; representan una cuestión de vida o muerte. Pero para los demás, representa menos un fantástico nuevo modo de vida que una molestia que interfiere con las experiencias reales. En respuesta al tuit de Anderson, el socio de Treehouse Capital Rob Majteles tuiteó parte de un poema de E.E. Cummings:
Mientras que tú y yo tengamos labios y voces
que sirven para besar y cantar,
¿a quién le importa si algún tuerto mal nacido
inventa un instrumento con el que medir la primavera?
(Para saber más: Computerworld, el New Yorker, E.E. Cummings, The Measured Life, Así sería 'el show de tu vida')