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La mentira de la bomba H de Corea del Norte esconde una verdad aún peor

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Algunos expertos creen que el país ha dado "un salto enorme" en el proceso de miniaturizar estos explosivos para incorporarlos en un misil

  • por Mark Williams | traducido por Teresa Woods
  • 12 Enero, 2016


Foto:
Unos oficiales de Corea del Sur examinan los datos sísmicos que sugieren una prueba nuclear subterránea en Corea del Norte.

Después de que Corea del Norte proclamara el pasado miércoles que había detonado con éxito la primera bomba de hidrógeno, el mundo rápidamente determinó que no era cierto. La Casa Blanca señaló que la explosión de entre aproximadamente 3,4 y siete kilotones no pudo haber sido causada por una bomba de hidrógeno a escala completa (hasta ahora, la explosión más pequeña de una bomba de este tipo ha sido de unos 30 kilotones). En su lugar, afirma que la explosión es el resultado de un arma que emplea una pequeña cantidad de combustible de fusión para impulsar una reacción de fisión. Pero sería un error considerarlo como uno más de los incompetentes esfuerzos nucleares de Pyongyan.

Probablemente sea cierto que Corea del Norte no detonara una bomba de hidrógeno y que en su lugar llevara a cabo la detonación de lo que se conoce como arma de fisión intensificada, que es menos peligrosa. Sin embargo, un arma de este no debe ser menospreciada. Las pruebas sugieren que no es que Corea del Norte esté dando traspiés para replicar el camino que siguieron Estados Unidos y la Unión Soviética para desarrollar sus armas nucleares hace unos 60 años. En lugar de ello, podría estar saltándose algunos de los pasos del desarrollo temprano que esos países dieron con el objetivo de ahorrarse algunas de las pruebas necesarias para llegar a producir unas armas nucleares lo suficientemente miniaturizadas para ser lanzadas por misil.

Para entender por qué, es necesario realizar un pequeño repaso de la historia nuclear. En el clásico diseño de bomba de hidrógeno de Edward Teller y Stanislaw Ulam – probado primero en 1952 con el dispositivo Ivy Mike de 82 toneladas – se desarrolla un proceso llamado fusión escalonado. Una explosión principal, alimentada por fisión (generada cuando el núcleo de un átomo es dividido) provoca una explosión secundaria (en la que los núcleos atómicos chocan entre sí). La explosión secundaria es comprimida por rayos x procedentes de la reacción primaria de fisión, que a su vez genera una segunda reacción de fisión tremendamente mayor de la que podría producir una bomba de una sola etapa (o bomba atómica).

En cambio, los diseños de armas de fisión intensificada – desarrolladas por Estados Unidos, la Unión Soviética y Reino Unido mientras perseguían el diseño de bombas de hidrógeno – mejoran los sencillos dispositivos de fisión (como los que se lanzaron contra Hiroshima y Nagasaki) al introducir combustible de fisión. (Típicamente, es una mezcla de gases de tritio y deuterio o un cartucho de hidruro de litio-6, como en el diseño Sloika o el diseño despertador). Pero, mientras que la fusión forma parte del proceso en las armas de fusión intensificada, sólo añade una pequeña cantidad de energía al final, mientras el ritmo acelerado de fisión implica que una cantidad mucho mayor de combustible se somete a la fisión antes de explotar el núcleo.

No obstante, afirma el físico Ferenc Dalnoki-Veress del Instituto Monterrey de Estudios Internacionales (EEUU), si Corea del Norte ha desarrollado tal arma, representaría "un enorme salto en [su] entendimiento" para reducir el peso de una bomba. Y donde la mayoría de los comentaristas han remarcado la pequeña escala de la explosión subterránea del pasado miércoles, Dalnoki-Veress dice que no necesariamente representa un error, sino que revelaría una característica diseñada para "desperdiciar la menor cantidad de tritio posible".

Por estos motivos, Jeffrey Lewis, otro experto del control de armas del Instituto Monterrey, añade que "la intensificación es una capacidad esencial y nada de lo que reírse". Durante varios años, Lewis ha sostenido que el programa nuclear de Corea del Norte no sufre de una incompetencia técnica – como determinaron algunos expertos basándose en los pequeños rendimientos detectados en sus pruebas nucleares de 2006 y 2009. Al contrario, cree que "los norcoreanos intentaron pasar directamente a los dispositivos en miniatura".

Habitualmente se cree que la prueba de 2006 de Corea del Norte en particular – que produjo un rendimiento de menos de un kilotón – fue el resultado de su incapacidad de reproducir un sencillo dispositivo de fisión como los que se lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki. Pero, como señala Lewis, esa suposición tiene poco sentido: "Ningún país ha construido nunca un sencillo dispositivo de fisión para descubrir que no funciona". De hecho, no se realizaron pruebas para el diseño de Little Boy (Niño Pequeño) empleado en Hiroshima; la detonación se consideró tan sencilla que el dispositivo sólo se montó estando encima del objetivo para evitar que explotara accidentalmente durante el vuelo. Además, señala Lewis, las declaraciones tanto de los desertores de Corea del Norte como del propio régimen es que Pyongyang busca unas armas termonucleares en miniatura que puedan ser lanzadas por misil. En este caso, sugiere Lewis, deberíamos creer a Pyongyang.

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