Un círculo iluminado en blanco indica que todos tus aparatos conectados funcionan correctamente. En caso contrario, se vuelve naranja y te envía un mensaje al móvil
Foto: Dojo es un sistema de seguridad para los dispositivos del hogar conectados a internet que utiliza una piedra que brilla para indicarte cómo va la cosa.
Hay una piedra lisa y marrón oscura en una mesa delante de mí. Tiene un círculo brillante que parpadea, parece ser una señal del estado de seguridad del ficticio hogar conectado de Yossi Atias.
Atias es el CEO y cofundador de una start-up israelí llamada Dojo-Labs, una de numerosas empresas que intentan hacerse con el llamado internet de las cosas. La piedra forma parte de su primer producto de seguridad, Dojo; recibe alertas mediante Bluetooth de bajo consumo desde un dispositivo blanco y rectangular que se conecta a tu router wifi y monitoriza la actividad en red de los dispositivos del hogar que se conectan a internet, como la iluminación inteligente, los televisores y los sistemas de alarma.
Cuando sucede algo fuera de lo común – por ejemplo, si un desconocido intenta desactivar tu sistema de alarma en remoto, cosa que demuestra Atias al hackear una alarma configurada en sus oficinas de Israel – Dojo reacciona automáticamente para bloquearlo y te envía un mensaje mediante su app móvil para avisarte de lo ocurrido. Mientras tanto, el anillo brillante de la piedra cambiaría de blanco, que indica que todo está bien, a naranja.
Los dispositivos domésticos conectados están creciendo a un ritmo tremendo: el investigador del mercado tecnológico Gartner calcula que dispondremos de 6.400 millones el año que viene, un 30% más que en 2015. Esta cifra llegará a casi 21.000 millones para 2020 mientras más coches, relojes y sistemas de iluminación se conectan a internet.
Foto: La 'app' móvil de Dojo te avisa de las amenazas de seguridad; en función de la situación, te puede pedir que respondas.
Pero, a pesar de este crecimiento, la seguridad de internet de las cosas "está hecha un lío", según Prabal Dutta, un profesor adjunto de la Universidad de Michigan (EEUU) que estudia el espacio. Los dispositivos conectados del hogar a menudo incluyen unas medidas mínimas de seguridad, y eso, más su ubicuidad creciente, los convierte en objetivos atractivos para los hackers. Muchos investigadores de seguridad han compartido ejemplos de lo fácil que resulta hackear todo desde los monitores de bebés hasta los semáforos, y abundan las denuncias de vulnerabilidades de seguridad en los dispositivos conectados (ver La nevera que enviaba 'spam').
Dojo-Labs intenta simplificar la seguridad para estos dispositivos. El usuario no tiene que hacer más que enchufar la caja blanca (que se conecta con los servidores remotos de la empresa) e instalar la app móvil. La piedra que brilla, entre tanto, es un intento de convertir la seguridad en algo menos abstracto; es una especie de roca de mascota, explica Atias.
"Primero, te informamos para que sepas lo que está ocurriendo", dice. "Entonces te damos la opción de controlar tu propia privacidad y seguridad".
Dojo, que desde esta semana se puede comprar por anticipado en Amazon, costará 99 dólares (unos 92 euros) y se empezará a enviar a los clientes en marzo; el precio, que en marzo subirá a 199 dólares (unos 185 euros), incluye un año del servicio de Dojo-Labs. Después, los usuarios tendrán que pagar una cuota mensual.
Dojo primero realiza un perfil para cada dispositivo inteligente del hogar para hacerse una idea de cómo debería comportarse, con el tiempo el sistema se volverá más eficaz al rastrear más actividades realizadas por más usuarios, afirma Atias. Dice que esto se debe a que monitoriza metadatos de red (cosas como de dónde proceden los datos o a dónde se dirigen, y el volumen de tales datos). Dojo funcionará por encima de la seguridad existente de los dispositivos individuales, incluso los que encriptan los datos.
Dojo-Labs no es la única empresa que está desarrollando este tipo de enfoque de seguridad. La empresa de seguridad en línea finlandesa F-Secure también ha anunciado este mes que comercializará un producto similar llamado Sense, que también incluirá un año del servicio de subscripción de la empresa.
Dutta cree que tales sistemas de detección de intrusiones podrían resultar útiles para asegurar los dispositivos del hogar conectados. Pero mientras que las empresas suelen pagar por la seguridad en red, es probable que resulte difícil convencer a las personas para que hagan lo mismo hasta que les pase algo malo. Además, con que el sistema emita un par de falsas alarmas, los usuarios no se fiarán, hace constar.
Aun así, concluye: "Yo les elogiaría por clavar una estaca en la tierra, por decir aquí hay algo que podemos hacer".