Su auge requiere poder identificar a cada controlador para detectar a los que no respeten las normas de privacidad y seguridad
Foto: Unos LED intermitentes en la parte inferior de los drones podrían servir como "matrículas" que permitan a las fuerzas de seguridad rastrear al operador de un dispositivo que haga peligrar la seguridad pública o vulnere la privacidad.
En lo que llevamos de año, los pilotos comerciales de Estados Unidos han informado a la Administración Nacional de la Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de 650 avistamientos de drones cerca de sus aviones. Sólo en una pequeña fracción de estos avistamientos se pudo identificar al operador – y las quejas de drones que crean situaciones de peligro o vulneran la intimidad seguramente aumentarán al volverse más baratos y más capaces.
Unos investigadores de la Universidad de California en Berkeley (EEUU) están probando un tipo de matrícula para drones que creen que ayudará a hacer que los operadores sean más responsables de su actividad. El proyecto, llamado Lightcense, incluye un conjunto rectangular de LED brillantes y multicolor que se fijan a la parte inferior de los drones. Los LED parpadean con un patrón único que las fuerzas de seguridad podrían buscar en una base de datos para identificar al dueño de un dron.
La matrícula de LED está diseñada para ser decodificada por una app de smartphone, un equipo fotográfico especial en manos de las fuerzas de seguridad, o incluso memorizada por alguien que detecta un dron malhechor. Esto proporcionaría una responsabilidad pública que se echa en falta hoy pero que se necesita de manera urgente, dice Aislan Foina, el director del Laboratorio de Investigaciones de Aviación de la Universidad de California en Berkeley.
La FAA está trabajando para terminar de definir las reglas para las personas y empresas que utilizan drones de forma comercial. Muchas empresas estadounidenses, incluidas Amazon y Google, planean lanzar servicios como la entrega de paquetes por dron, o drones de vigilancia o de inspección de cosechas (ver TR10: Drones agricultores), pero todavía no está claro cómo se harán cumplir la seguridad y la privacidad cuando bandadas de aviones no tripulados nos rodeen.
La NASA está desarrollando sistemas de rastreo y gestión del tráfico aéreo de los drones (ver Cómo evitar que los drones se choquen en el aire). Algunos fabricantes programan sus navíos con zonas de exclusión aérea, por ejemplo sobre el centro de Washington, D.C. (EEUU). Otros mantienen que los drones comerciales deberían estar equipados con balizas de radiolocalización como las que incorporan los aviones comerciales.
Foina dice que un modelo de matrícula sería más apropiado dada la manera en la que los drones están posicionados para vulnerar el espacio público. "Si un dron molesta a la gente, llamarán a la policía, no a la FAA o las fuerzas aéreas", afirma. Una etiqueta visual también funciona mejor que una baliza en situaciones donde múltiples drones ocupan el mismo espacio, añade Foina.
Los investigadores de la Universidad de California en Berkeley probaron su idea primero mediante la modificación de un dron hecho por el fabricante 3D Robotics con electrónica extra y LED de alto brillo (ver la imagen). De día, el patrón de la matrícula podría ser identificado por el ojo humano desde una distancia de hasta 100 metros, y a 150 metros con el uso una app especializada y un smartphone modificado para incorporar una lente barata de zum.
Ahora los investigadores están desarrollando un prototipo de una cámara especial que podría ser utilizada por la policía para leer las matrículas de los drones. También están dando los últimos retoques a un diseño mejorado de matrícula, con forma de una resistente caja del tamaño y la forma aproximados de un smartphone que incluye una matrícula de LED, una baliza estándar de avión y una batería. La intención es que sea un componente estándar que se pueda colocar en cualquier dron, y que seguiría operando incluso después de estrellarse el dispositivo. Foina dice que ya ha hablado con 3D Robotics para explorar cómo se podría modificar la electrónica de sus drones para apoyar este diseño, pero la empresa no se ha comprometido a realizar los cambios.
Todd Humphreys, un profesor adjunto de la Universidad de Tejas en Austin (EEUU), dice que la idea podría ayudarnos a afrontar lo que él llama "el problema urgente de localizar a los operadores de drones que no actúen debidamente". Las matrículas de LED podrían ser lo suficientemente sencillas para que los fabricantes las adopten sin el temor de abrumar a los consumidores, dice.
No obstante, resultaría relativamente sencillo tapar la matrícula con cinta aislante, quitar el dispositivo o construir un dron que no la incorpore, señala Humphreys. Cree que incorporar una tecnología de balizas de localización de funcionamiento continuo a los componentes de radio empleados por la industria de los drones podría representar la manera más fiable de asegurar que la mayoría de los drones, y sus operadores, sean rastreables.
A esto Foina responde que el funcionamiento de las matrículas de coches demuestra que no necesariamente importa si se desactivan las matrículas LED con facilidad. "Si un dron no parpadea, sabrías que no está colaborando con los sistemas de seguridad, y resulta sospechoso", dice.