Los "neochips" de Thomas Sohmers ya han recibido casi un millón y medio de dólares en financiación y se venderán el año que viene
Cada gigante de cuento de hadas tiene una debilidad, y Thomas Sohmers cree que lo mismo se puede decir de Intel, que distribuye cientos de millones de chips cada año. A su modo de ver, los chips de Intel gastan demasiada energía. En su start-up Rex Computing, Sohmers está trabajando en una arquitectura alternativa para los chips que dice que gastará la vigésima parte de la energía que gastan los de Intel.
Sohmers, de 19 años de edad, empezó a trabajar con los equipos informáticos de alto rendimiento en el Instituto de Nanotecnologías de Soldado mientras seguía cursando el bachillerato. Dejó los estudios y creó la empresa Rex Computing en 2013 después de recibir una beca de 100.000 dólares (unos 91.4600 euros) concedida por el inversor Peter Thiel para fomentar que los jóvenes creen nuevas empresas en vez de completar los estudios. Sohmers fundó Rex Computing con otro becado de Thiel, Paul Sebexen, el actual director de Tecnología. Hace poco la empresa recibió 1,25 millones de dólares (unos 1,14 millones de euros) en financiación de Founders Fund, una agencia de capital riesgo cofundado por Thiel.
La primera meta de Rex Computing es la introducción de sus "neochips" en máquinas de procesamiento de datos de alta gama como los superordenadores, pero Sohmers dice que una vez establecida, su empresa se movilizará para ampliar el uso de sus chips energéticamente eficientes. "Yo no diría que somos una empresa de computación de alto rendimiento", dice. "En algo más de cinco años creo que podremos ofrecer algo que resulte práctico en los servidores web y, más allá de eso, en sistemas más genéricos".
Los chips de servidor que puedan aportar la misma potencia computacional con un gasto de energía menor podrían ser una bendición para empresas de la nube como Google y Amazon, cuyas gigantescas colecciones de servidores generan enormes facturas eléctricas. Si alguna vez llegan hasta los dispositivos de consumo, los chips de Rex Computing podrían ayudar a aumentar la autonomía de las baterías.
Sohmers dice que ya está hablando con empresas que emplean ordenadores de alta potencia para tareas como el procesamiento de imágenes, la ejecución de software de aprendizaje de máquinas o el procesamiento de señales como el que se utiliza en las comunicaciones inalámbricas. Rex Computing quiere entregar prototipos de sus chips a sus socios el año que viene, para empezar a comercializar una versión final del producto hacia mediados del 2017.
Los chips de Rex Computing gastan menos energía porque no contienen el bloque de circuitos que son el estándar de los chips de Intel y otros fabricantes. Sohmers dice que tales circuitos son un residuo de derroche de una era anterior. Esos circuitos gestionan el movimiento de datos entre los almacenes de memoria incorporados en un chip y el núcleo del procesador que realmente trabaja con los datos. Fueron introducidos hace décadas para facilitarles la tarea a los programadores, pero se han vuelto toscos e infecientes, afirma Sohmers. El típico chip de Intel de gama alta gasta 40 veces más energía para trasladar el resultado de una única operación computacional hasta la memoria de la que gasta para realizar la operación inicial, dice.
Los chips de Rex Computing utilizan software para gestionar la memoria. Esto posibilita que se prescinda de los circuitos que normalmente se ocupan de ese proceso, y produce chips con la misma potencia computacional pero que son más pequeños y requieren menos energía, afirma Sohmers.
Richard Vuduc, un profesor adjunto del Instituto Tecnológico de Georgia (EEUU) que trabaja en la computación de alto rendimiento, dice que si bien el enfoque de Rex no puede reducir mágicamente el uso de energía de cada tipo de computación, la idea básica tiene sentido. El consumo energético es un problema importante para los que gestionan superordenadores y centros de datos, dice. La solución de Rex Computing hace eco de algunas ideas con las que han experimentado desde la círculos académicos e industriales que no llevaron a la creación de nuevas familias de chips, dice Vuduc.
Sin embargo, los ahorros energéticos que podría ofrecer el diseño de Rex no se consiguen sin coste. El software existente se tendría que modificar para hacerlo compatible con el chip de Rex Computing. Están trabajando en herramientas que podrían facilitar esto mismo, pero Sohmers reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer. "Los primeros clientes van a necesitar que les cojamos de la mano al principio y disponer de sus propios desarrolladores – así será el intercambio", dice.
El plan de Rex Computing es dirigirse primero a las empresas más limitadas por preocupaciones de eficiencia, ganando tiempo así para inventar maneras de facilitar el cambio posterior de empresas menos motivadas.