En su almacén más reciente, las tareas de ambos tipos de empleados se coordinan a un nivel sinfónico hasta el límite conocido
Foto: Un trabajador revisa los contenedores de productos del centro de distribución de Amazon en Robbinsville, Nueva Jersey.
Trenton, Nueva Jersey (EEUU), ya no es el portento industrial que una vez fue, aunque su eslogan Trenton construye y el mundo consume, establecido en 1935, aún se lee en palabras de tres metros de altura colocadas sobre el puente que atraviesa el río Delaware hasta llegar a Pennsylvania. Pero a una distancia de pocos minutos al este de la ciudad, dentro de un almacén que pertenece a Amazon, existen señales que apuntan hacia otra transformación industrial.
El centro de distribución de Amazon, ubicado en el municipio de Robbinsville, es una colmena mareante de actividad, con humanos y máquinas que trabajan con una armonía cuidadosamente coordinada. Además de mostrar las increíbles eficiencias de las operaciones de Amazon, la fábrica proporciona pistas acerca de cómo la tecnología puede empezar a asistir a los trabajadores humanos en las próximas décadas con la realización de muchas sencillas tareas manuales. El alcance de este cambio y lo rápido que se produzca podrían tener un impacto importante en el mercado laboral (ver Quien posea los robots acaparará las riquezas del mundo).
En el centro del almacén hay una unidad de almacenaje que contiene estanterías cuadradas llenas con innumerables productos del inventario de Amazon. En generaciones previas de sus centros de distribución, los trabajadores de Amazon habrían vagado por las estanterías en busca de los productos que necesitaran para completar cada pedido. Ahora las propias estanterías se desplazan rápidamente a bordo de robots del tamaño y aspecto aproximados de un taburete. En un baile cuidadosamente coreografiado, estos robots o reorganizan las estanterías en filas ordenadas o las llevan hasta trabajadores humanos que las vuelven a llenar de productos nuevos o recogen productos para envolverlos.
Las estanterías robotizadas de Amazon permiten que más productos quepan en un espacio más reducido. También hacen más eficientes el apilamiento y la recogida de productos al llevar de forma automática estanterías vacías a los trabajadores encargados del proceso de empaquetado o entregar los productos requeridos a los trabajadores encargados de juntar los pedidos. El proceso es más eficiente que el que depende del desplazamiento de los trabajadores, y de esta manera representa una buen ejemplo de cómo se pueden combinar la automatización y la mano de obra humana para aumentar la productividad.
"Son bastante rápidos y eficientes", dice Emily Specca, una trabajadora de la cadena de preparación de pedidos del centro de Robbinsville. Pero dice que a veces fallan los robots, lo que ralentiza su trabajo, y confiesa que probablemente le gustaría mucho poder darse un paseo de vez en cuando.
Durante muchas décadas, los robots industriales se vieron confinados a la ejecución de tareas extremadamente precisas y repetitivas, aislados de los trabajadores humanos. Sin embargo, gracias a los mejorados chips informáticos, algoritmos, sensores y actuadores, en años recientes los robots se han vuelto más asequibles, seguros y con una capacidad mayor para el aprendizaje de nuevas tareas.
Los robots de Amazon provienen de una empresa llamada Kiva Systems que fue adquirida por Amazon en 2012. Son controlados por un ordenador central y navegan mediante marcadores en el suelo. Amazon ha empezado a explorar maneras de la que se podría, en un futuro, automatizar parte del trabajo de la recogida de productos de las estanterías de sus centros (ver El concurso de robots de Amazon no ha logrado vencer a los empleados humanos). Sin embargo, los robots todavía no son capaces de realizar tareas que requieran de habilidades motrices delicadas o la improvisación, por lo que resulta útil elaborar formas de colaboración más eficientes entre robots y humanos.
"Es una consecuencia natural de los esfuerzos para aprovechar el poder de la computación barata para hacer que los robots sean más colaborativos", dice Wily Shih, un profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard (EEUU) que estudia procesos de fabricación. Shih dice que la gran esperanza consiste en que los robots se vuelvan "más fáciles de introducir en entornos de fábrica y de distribución, y más fáciles de integrar con los procesos y trabajadores existentes".
Mientras que el almacén de Amazon colocó a los robots en el centro del diseño, algunas empresas esperan poder desarrollar robots que sean capaces de trabajar en almacenes corrientes. Fetch Robotics, radicada en San Jose (EEUU), está desarrollando un robot diseñado para recoger productos de las estanterías de un almacén que no se diseñó con los robots en mente.
Puede que los robots de Amazon sean sólo los primeros de muchos más robots colaborativos. "Creo que todos están experimentando con ellos ahora", dice Shih. "Así que se observará todo un abanico [de robots]".
Pero más allá de las estanterías robóticas, los humanos trabajan codo con codo con la automatización por todo el almacén de Amazon. Los productos se desplazan por el almacén a un ritmo mareante, rastreados por un sistema informático desde su llegada hasta su envío. Al principio del proceso, un sofisticado sistema de visión artificial reconoce los productos después del desembalaje.
Al otro lado del almacén, los trabajadores meten productos en cajas para su envío con la ayuda del ordenador central de Amazon. Los artículos recogidos de las estanterías se identifican de forma automática y son clasificados en lotes destinados al mismo consumidor. El ordenador conoce las dimensiones de cada producto y lo asignará automáticamente a la caja adecuada e incluso calculará la cantidad de cinta de embalaje requerida. Más adelante, antes de que los productos sean enviados a distintas camiones para su envío, las cajas se pesan para asegurarse de que no se hayan cometido errores en el proceso de embalaje.
La importancia de la simbiosis entre humanos y máquinas, al menos de momento, no pasa desapercibida por el equipo de relaciones mediáticas de Amazon. "Nos gusta considerarlo como una sinfonía de software, aprendizaje de máquinas, algoritmos computacionales y personas", dijo la portavoz de Amazon Kelly Cheeseman mientras dábamos un paseo. "Y las personas representan un componente tan importante; la tecnología no serviría de nada si no dispones de grandes empleados que interactúen con él".