El equipo ganador solo consiguió recoger y empaquetar 10 de los 12 productos seleccionados, pero se llevó 20.000 dólares a cambio
Amazon anunció la semana pasada sus planes de contratar a 6.000 empleados de almacén para cumplir con la demanda creciente de sus servicios. Se unirán a más de 50.000 personas que actualmente gestionan docenas de centros de abastecimiento repartidos por Estados Unidos, juntando, embalando y enviando pedidos. Pero si la empresa se sale con la suya, pronto parte de ese trabajo será asumido por robots (ver El concurso de robots de Amazon podría acabar con los empaquetadores humanos)
En la Conferencia Internacional de Robótica del Instituto de Ingeniería Electrónica Industrial (IIEE, de sus siglas en inglés) celebrado esta la semana pasada en Seattle (EEUU), Amazon apadrinó una competición para crear un robot que pueda, de forma autónoma, escoger una selección de productos de las estanterías y embalarlos para su seguro envío. Ningún robot industrial es capaz de reconocer ni una fracción de los millones de productos que vende Amazon, ni mucho menos de agarrar y trasladarlos de forma segura.
De entre 25 artículos de naturaleza diversa, se les pidió a los robots que recogieran un patito de goma, una caja de galletas Oreo, unas gafas de seguridad y un peluche para perros con forma de rana. Los equipos disponían de 20 minutos para la recogida de tantos artículos como fuesen capaces de una estantería estándar de almacenaje de Amazon, diseñada para desplazarse por el almacén mediante pequeños robots autónomos, y el embalaje de los mismos. Los equipos ganaban puntos por el correcto traslado de los objetos, y perdían puntos por daños, caídas y extravíos ocasionados por el camino.
Hasta los productos más sencillos parecían engañar a algunos de los 31 robots que compitieron por el premio. "Libros finos de bolsillo nos ocasionan la mayor dificultad", comentó Camilo Alfonso Pérez de la Universidad de Alberta (Canadá) de su brazo robótico de tres dedos, dotado de una gama de movimiento parecida a la de los humanos. "Son demasiado finos para ser vistos por nuestro robot, y sus dedos son demasiado grandes para poder agarrarlos bien".
El equipo de Alberta utilizó tecnología LIDAR (un sistema de sensores por láser) y vídeo para el reconocimiento de los productos, y aumentó el tamaño del brazo con lo que ellos llaman "una lengua". Esta solapa de plástico contiene un metro motorizado y extensible que arrastra el artículo a la parte delantera del estante, donde son más fáciles de coger.
La Universidad de Tejas (EEUU) también utilizó un agarrador con forma de mano, conectado al brazo derecho de un robot Yaskawa Motoman SDA5F. Su brazo izquierdo contiene una cámara de profundidad fabricada por Primesense (adquirida recientemente por Apple) que se asoma a cada estante para registrar la posición de los artículos presentes. "Estamos muy familiarizados con este equipo", dice Jack Thompson de la Universidad de Tejas. "Nuestro principal patrocinador es Los Alamos National Labs, así que trabajamos con materiales nucleares especiales. Pero el patito de goma dentro de una bolsa de plástico está resultando muy difícil de detectar con nuestros sensores de profundidad".
Kentaro Wada de la Universidad de Tokio (Japón) dudaba de que su sistema, que está basado en Baxter de Rethink Robotics, superara la prueba. El robot del equipo de Tokio, como varios más, coge los artículos mediante una suave succión, en este caso generada por un par de aspiradoras domésticas enganchadas a lomos del robot.
Al final, la aspiradora de Wada superó la prueba, aunque su robot Baxter sólo consiguió recoger correctamente un artículo. El equipo ganador, de la Universidad Técnica de Berlín (Alemania), se embolsó el premio de 20.000 dólares (unos 18.000 euros) por haber conseguido recoger y empaquetar 10 de 12 artículos con éxito durante la prueba de 20 minutos.
Un buen rendimiento entonces, pero no uno que la portavoz de Amazon, Kelly Cheeseman ve como amenaza para puestos humanos. "Ya tenemos más de 15.000 robots en nuestros centros de abastecimiento, trabajando junto con nuestros empleados", nos cuenta. "Estas tecnologías mejoran el rendimiento de nuestros empleados, ayudándoles a ser más eficientes. Desde luego, el papel de los empleados sigue siendo vital".
Al menos no hasta que un robot pueda averiguar cómo coger esos patitos escurridizos.