Una caída del valor de la criptomoneda ha hecho que sea demasiado caro que algunas empresas se dediquen a la minería que la genera
Esta semana podría ser muy interesante para los que estén considerando apostar por la moneda digital Bitcoin.
Esa es aproximadamente la cantidad de tiempo que pasará antes de que el software descentralizado que gestiona la moneda pueda corregir los efectos de una caída en el valor de Bitcoin de principios de año. Una moneda Bitcoin actualmente vale poco más de 200 dólares (173 euros), alrededor de un tercio del valor que tenía en enero. Alcanzó su punto máximo, 1.000 dólares (865 euros) a finales de 2013.
Este precio tan bajo amenaza las operaciones de los "mineros", que usan potentes ordenadores para acuñar nuevas bitcoins, cuya actividad también resulta necesaria para confirmar y procesar las transacciones de Bitcoin. El valor de las nuevas monedas se ha desplomado, pero el coste de los ordenadores y la electricidad necesarios para la minería no lo ha hecho, lo que provoca un problema parecido al de algunas empresas petroleras tras la caída del crudo.
Varias compañías de Bitcoin cesaron sus operaciones la semana pasada, alegando que no podían funcionar de manera rentable. Los mineros más pequeños comentaron en los foros en línea que habían tenido que apagar sus equipos.
Es difícil saber cuántos mineros han experimentado problemas similares, teniendo en cuenta las variaciones de los precios de la electricidad y de las estructuras de costes de las distintas empresas. Las empresas mineras contactadas por MIT Technology Review el pasado viernes no respondieron. Sin embargo, los datos de la red Bitcoin indican que los ingresos generados por todos los mineros cada día se han reducido a casi la mitad desde comienzos de año.
En teoría, la configuración de autoregulación de Bitcoin debería evitar que esta situación provoque problemas significativos en la moneda. El software de Bitcoin tiene un mecanismo diseñado para asegurar que siempre haya suficientes mineros trabajando para mantener el funcionamiento de la moneda y regular su producción. Para ello, altera la dificultad del trabajo que tiene que hacer el software de minería para que la tasa combinada de salida de sus mineros sea siempre la misma. Desde que Bitcoin comenzó en 2009, la dificultad ha aumentado una y otra vez para compensar la creciente sofisticación de los equipos de minería (ver Unos chips personalizados servirán de palas en la fiebre del oro de Bitcoin) y evitar que se generen demasiadas Bitcoins.
Ahora que el interés en la minería está bajando, se espera que la dificultad del proceso de minería caiga para que la red de Bitcoin siga funcionando correctamente. Eso daría a los mineros un respiro en cuanto a la factura eléctrica. Pero la dificultad sólo se vuelve a evaluar aproximadamente cada dos semanas (el tiempo exacto depende de la producción combinada de los mineros). La última actualización ocurrió justo antes de una caída repentina del precio de las Bitcoin el miércoles pasado. A menos que el precio de las Bitcoin se recupere, los mineros no tendrán un respiro hasta la próxima semana.
El profesor asociado de la Escuela de Negocios de Harvard (EEUU), Benjamin Edelman, dedicado a estudiar la economía de Bitcoin, asegura que este periodo de tiempo no es lo suficientemente rápido para evitar que los problemas de los mineros se propaguen más ampliamente.
"Creo que los mineros se están retirando y dejando Bitcoin para compensar la pérdida de ingresos, lo que a su vez cambia el valor", señala Edelman. Los que sigan con la minera harán que aumente el problema, ya que tendrán que vender inmediatamente cualquier Bitcoin nueva que extraigan, asegura.
Edelman cree que una liquidación como esta podría sostenerse porque Bitcoin no ha logrado ganar un número significativo de casos de uso.
"Lo que se supone que sucede en la mayoría de los mercados es que el activo tiene cierto valor fundamental", afirma. Por ejemplo, el flujo de caja o los bienes inmuebles de una empresa podrían limitar el alcance de una caída en el precio de sus acciones. "En el caso de Bitcoin no está del todo claro cuál es el valor fundamental, sólo es valiosa en la medida en que otros la traten como algo valioso". Aunque se podría decir lo mismo del dólar estadounidense, a diferencia de Bitcoin cuenta con el respaldo del Gobierno de Estados Unidos y la Reserva Federal. Por ejemplo, se necesitan dólares para pagar los impuestos en EEUU o para comprar bonos del Gobierno.
El director científico de la Fundación Bitcoin, Gavin Andresen, (ver "El hombre que da la cara y responde sobre Bitcoin"), no comparte esos temores. Aunque está programado que baje la dificultad de la minería, "no creo que se produzca ningún éxodo masivo de mineros", afirma. "Creo que el sistema puede adaptarse lo suficientemente rápido".
Andresen señala que no le preocuparía si incluso la mitad de los mineros se rindieran de pronto. "El resultado sólo sería que durante un mes confirmar una transacción media llevaría 20 minutos en vez de 10", afirma. "Para los usuarios de Bitcoin sería una molestia menor, no un gran desastre".
Puede que no a todo el mundo le afecte tan ligeramente un cambio repentino en el rendimiento de Bitcoin, o la perspectiva de que su resolución lleve tanto tiempo. Edelman señala que los mecanismos automáticos de Bitcoin no pueden responder tan rápidamente como los bancos centrales de los gobiernos ante muchos tipos de comportamiento, como por ejemplo cambios repentinos en la psicología de masas, que ocurren durante las crisis financieras. "El sistema se autoajusta y optimiza, pero sólo en parte", afirma.