Cambio Climático
Por muy buenas que sean las baterías de Tesla, la energía renovable busca algo mejor
A pesar de lo impresionantes que son, deben superar muchos retos para asumir la intermitencia de fuentes como la eólica y la solar. El problema es que no hay ninguna alternativa que las supere
Foto: El producto de batería a escala de red de Tesla, el Powerpack. Crédito: Kevork Djansezian (Getty Images).
Tesla acaba de dar un respiro a la red energética de California (EEUU).
Cuando la Comisión de Servicios Públicos de California se vio obligada a cerrar la planta de Aliso Canyon después de su catastrófica fuga de metano, se dio cuenta de que se necesitaba otra forma de cumplir con los picos de demanda energética. Para ello, Tesla logró un contrato en septiembre del año pasado para construir 80 megavatios-hora de almacenaje de red para Southern California Edison con sus baterías de iones de litio.
Y The New York Times informa de que el proyecto ya está terminado. Y es enorme. Tesla afirma que se trata de la iniciativa de almacenamiento por baterías de iones de litio más grande del mundo, con un total de 396 baterías capaces de proporcionar suficiente electricidad para alimentar 2.500 viviendas durante un día completo.
La noticia desde luego demuestra que Tesla puede producir baterías a un ritmo impresionante. Y esa capacidad no hará más que aumentar, dado que sus gigantes instalaciones para fabricar baterías, la Gigafábrica acaba de entrar en fase de producción masiva.
A primera vista, parecen buenas noticias. A medida que el mundo aumenta su dependencia de fuentes renovables como la eólica y la solar, también crece la demanda de baterías de red que estabilicen la intermitencia en el suministro. Las instalaciones de Tesla en California son una demostración de cómo podría funcionar.
Pero hay algunos problemas. Primero, las baterías de iones de litio siguen siendo caras. Aunque el coste de la instalación de Tesla no está claro, el año pasado Bloomberg señaló que la compañía comercializará un sistema diez veces más pequeño que el de California por unos 2,7 millones de euros. Aun así, el precio de las grandes baterías de litio debería decaer a medida que aumente el uso de vehículos eléctricos.
El propio hardware es un problema incluso mayor. Tesla no confirma cuántos ciclos pueden tolerar las baterías de sus sistemas Powerpack, que componen la instalación, antes de degradarse y llegar al final de su vida útil. Pero al igual que otras baterías de iones de litio, probablemente estarán cerca de los 5.000 ciclos, al igual que las unidades de Powerwall de la empresa. No está mal para un entorno doméstico, pero podría agotarse rápidamente en un entorno de red.
El problema es que no hay demasiadas alternativas. La misión de construir una gran batería a escala de red no suena demasiado difícil: simplemente ha de ser barata, compuesta de materiales comunes y resistir a muchos ciclos de carga y descarga. Las baterías no han de ser portátiles, por lo que factores como el tamaño y el peso no limitan el diseño.
Aun así, construir tales baterías sigue siendo difícil. Start-ups como Ambri, Eos Energy Storage, Aquion y Sun Catalytix lo están intentando, pero han descubierto que no es nada fácil. Según el fundador de Ambri, Don Sadoway del Instituto Tecnológico de Massachusetss (MIT, EEUU), parte del dinero invertido en el desarrollo de baterías de iones de litio podría ser destinado mejor al desarrollo de alternativas.
Parece poco probable que Tesla vaya a estar de acuerdo. Y, al menos por ahora, sus baterías tal vez son la mejor solución que existe.
(Para saber más: New York Times, Bloomberg, What We’re Doing Wrong in the Search for Better Batteries, La competencia feroz por las baterías puede lograr el milagro del coche eléctrico, Fracasan las primeras pruebas de la 'start-up' con más potencial para producir nuevas baterías)