Sustituir soldaduras por pegamento y aumentar el voltaje del circuito eléctrico son sencillos trucos que la industria ya está usando para reducir el consumo y las emisiones de los vehículos
Los estadounidenses adoran los coches grandes, pero devoran combustible a una velocidad exagerada. Y a pesar de que los vehículos híbridos y eléctricos están haciendo incursiones en el mercado, cuesta mucho producirlos. Mientras tanto, los fabricantes están empleando técnicas de ingeniería más baratas para mejorar la eficiencia de los modelos populares.
En 2011, el presidente Obama anunció un acuerdo entre 13 fabricantes de coches para aumentar el ahorro de combustible de los coches fabricados a partir de 2025 y reducir el consumo a 4,3 litros por cada 100 kilómetros. Sin embargo, la estabilidad de los precios bajos del carburante, junto al aumento de las ventas de camiones en vez de coches, han hecho que este objetivo parezca poco probable. Un par de estudios gubernamentales recientes sugieren que el ahorro de carburante podría alcanzar los 4,7 litros a los 100 kilómetros como máximo.
Una forma de alcanzar este objetivo sería reducir el peso de los vehículos. Tradicionalmente esto se conseguía con aluminio, magnesio, o incluso fibra de carbono. No obstante, según informa el New York Times, existe una alternativa que a priori suena poco realista: el pegamento.
Crédito: fotografía de Bill Pugliano | Getty
El vehículo deportivo (SUV) Acadia de GMC para 2017 utiliza un adhesivo avanzado, similar al que utilizan los fabricantes de aviones, para sujetar su chasis. Al contrario que los remaches y las soldaduras habituales, el pegamento mantiene unidas las juntas, mejorando así la dureza. A cambio, el fabricante puede utilizar acero de menor grosor. Este producto, junto con otras medidas de aligeramiento de peso, ha permitido reducir el peso del Acadia en casi 320 kilos.
Por otro lado, el sistema eléctrico del coche se ha optimizado para ayudar a mejorar sus acreditaciones verdes. La mayoría de los coches no eléctricos utilizan sistemas de 12 voltios, pero según señala The Economist, se espera que a partir de 2017 se empiecen a utilizar sistemas de 48 voltios. Este aumento de voltaje permite utilizar algunos de los trucos que emplean los híbridos, pero sin el coste que ello implica.
El próximo lanzamiento de Audi, el SUV de lujo SQ7, utiliza un sistema de 48 voltios para alimentar una turbina que fuerza la introducción de aire adicional al motor, lo que ofrece un aumento temporal de potencia. Un prototipo del Ford Focus emplea una fuente de energía similar para aumentar el par, que es la fuerza que ayuda a la aceleración de los vehículos.
Es posible que este tipo de avances no tengan el poder de reducir las emisiones de forma radical, como lo tienen los motores eléctricos o híbridos (como el Toyota Prius). Sin embargo, no dista demasiado de las normas por las que se rigen tanto fabricantes como consumidores, y podrían ayudar a reducir las emisiones de los vehículos que los estadounidenses adquieren en grandes cantidades.
Puede ser que, cada vez más, los coches los fabriquen los desarrolladores de software. No obstante, los ingenieros eléctricos y mecánicos todavía juegan un papel muy importante a la hora de conseguir que los vehículos sean más eficientes.
(Para saber más: New York Times, The Economist, La pasión yanqui por los coches grandes amenaza sus objetivos energéticos, Los coches adelgazan para cumplir con los estándares energéticos.)