La 'start-up' nació para explorar el reactor de ondas progresivas pero está explorando un concepto de reactor de cloruro fundido
Foto: La planta nuclear de TerraPower se podría alimentar de un reactor de ondas progresivas o de un reactor de sal fundida.
En el creciente abanico de start-ups que intentan llevar los avanzados reactores nucleares al mercado, TerraPower destaca. En parte porque está bien financiada y en parte por quién la financia. TerraPower es una spin-off de Intellectual Ventures, la empresa de inversiones tecnológicas fundada por el cofundador de Microsoft Nathan Myhrvold. Bill Gates es tanto un inversor principal como un defensor activo de la empresa. La empresa también ha atraído la atención del público porque está desarrollando una innovadora tecnología de reactor, conocido como un reactor de ondas progresivas, que es elegante en su concepción y potente en cuanto a su potencial (ver El reactor avanzado, más cerca de hacerse realidad y Business Impact: Nathan Myhrvold: los ricos deberían financiar la innovación).
Pero seis años después de fundarse, TerraPower aún no ha producido un prototipo funcional. La semana pasada, en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge en Tennessee (EEUU), la empresa reveló que ahora persigue un concepto distinto de reactor avanzado: un reactor de cloruro fundido que emplea un líquido tanto como refrigerante, que transfiere energía en forma de calor, como el combustible en el que ocurren las reacciones nucleares.
"El reactor de ondas progresivas fue el enfoque de nuestro trabajo inicial, y todavía constituye la base de nuestra empresa", dijo Jeff Latkowski, el director de Innovación de TerraPower, en el evento de Oak Ridge, una conmemoración del 50 aniversario del experimento original del reactor de sal fundida. Pero añade: "Estamos evaluando otros proyectos que creemos que abordan las tres áreas críticas de la energía nuclear: la seguridad, el medio ambiente y los costes".
Desde luego, esta no es la primera vez que TerraPower ha modificado o ampliado su estrategia de tecnología. Mientras que su terminología no ha variado, en una fase inicial modificó el diseño de las "ondas progresivas", en el que la reacción nuclear se desplaza como una onda por el combustible, transformando el uranio en plutonio, pasando a lo que se podría llamar un diseño de "onda estacionaria", donde el combustible mismo es empujado continuamente fuera de la zona central del núcleo. El entonces CEO, John Gilleland, dijo en 2013 que la empresa había comenzado discretamente a explorar tecnologías nucleares alternativas, incluidos los reactores de sal fundida (de los cuales el diseño del cloruro fundido es una versión específica) y máquinas que se alimentan del torio, un combustible nuclear alternativo más limpio, seguro y abundante que el uranio.
La ponencia de Latkowski en el evento de Oak Ridge, sin embargo, fue la primera vez que la empresa ha revelado públicamente su Plan B de tecnología. Los reactores de sal fundida ofrecen ventajas de seguridad y económicas en comparación con las máquinas convencionales de combustible sólido: puesto que el combustible es líquido, las reacciones se ralentizan según se va calentando el combustible. Y una fusión del núcleo sería físicamente imposible: en el caso de producirse un accidente, el combustible se drena automáticamente hasta una cámara subterránea sellada donde puede enfriarse sin requerir sistemas adicionales de bombeo como los que fallaron en la planta nuclear Fukushima Daiichi (Japón) en 2011.
Latkowski rehusó proporcionar más detalles del diseño del nuevo reactor, pero enumeró algunas de las otras razones por las que el diseño de cloruro fundido resulta atractivo: no requiere la fabricación de combustible, la densidad energética del combustible es muy alta, al igual que su eficiencia (en otras palabras, el porcentaje de energía disponible producida por el combustible), no requiere el enriquecimiento continuo del uranio después del arranque (que reduce el riesgo de proliferación de armas nucleares), la solubilidad del uranio en la solución de cloruro es alta, y los desechos de una máquina podrían emplearse para alimentar otra planta. "Podríamos sustentar una flota entera de esta manera", dijo Latkowski.
Aun así, el anuncio del concepto de cloruro fundido suscita una pregunta: ¿ha disminuido el compromiso de TerraPower con su tecnología original, el reactor de ondas progresivas? Muchos observadores de la industria nuclear han tratado el concepto con escepticismo desde un inicio. El reactor de ondas progresivas es una subespecie del reactor nuclear rápido refrigerado por sodio, y el historial de estos reactores no resulta alentador. Un prototipo francés de reactor, llamado Superphénix, construido a principios de la década de 1980, operó a menos del 7% de su capacidad durante 11 años antes de cerrar en 1996. El reactor Monju, construido en Japón a principio de la década de 1990, se cerró durante cinco años después de una filtración de sodio y un incendio en 1995. La máquina se puso en marcha brevemente antes de ocurrir otro accidente en 2010. No se ha vuelto a poner en marcha desde entonces.
"El problema del sodio es que ha resultado básicamente imposible impedir las filtraciones", dice el físico nuclear M.V. Ramana, un profesor del Programa de Ciencias y Seguridad Global de la Universidad de Princeton (EEUU) y el Laboratorio de Futuros Nucleares. "Los reactores rápidos en general nunca han sido comercialmente viables, y todavía no he visto nada de TerraPower que sugiera que su diseño obtenga mejores resultados".
No obstante, TerraPower sigue plenamente comprometida con el diseño de ondas progresivas, dice Latkowski. La empresa firmó recientemente un acuerdo de gran repercusión mediatica con China National Nuclear Corp. para ayudar a comercializar la tecnología. TerraPower también acaba de inaugurar en laboratorio y taller mecánico de casi 2.000 metros cuadrados en Washington (EEUU). La respuesta a si la empresa se está alejando de los reactores de ondas progresivas "es un no rotundo", afirma Latkowski.
"Desde un inicio hemos evaluado múltiples tecnologías en el tiempo, y seguimos haciéndolo", añade. "El reactor de cloruro fundido ha avanzado hasta un punto donde ya lo estamos tomando más en serio".