El sistema, formado por baldosas con sensores de temperatura y presencia, se controla desde el 'smartphone' y su eficiencia es un 30% superior a otros
Pie de foto: Las cuatro capas de Plactherm forman un suelo radiante modular y eficiente. Crédito: Plactherm.
Una amiga del ingeniero Lluc Martí le comentó en 2011 sus problemas para calentar su espacio de trabajo: una clínica de fisioterapia para niños. Los radiadores no eran lo suficientemente potentes y la bomba de calor que tenía resecaba el ambiente y producía escozor en los ojos y dolores de cabeza a sus pacientes. Martí se fijó entonces en unos puzles gigantes con los que jugaban aquellos niños. Pensó que si cada una de las piezas incorporase calefacción podría conseguir un sistema muy eficiente. Así nació Plactherm, empresa de la que Martí es CEO y fundador.
El sistema está formado por baldosas que funcionan de forma independiente, cada una con una CPU integrada que regula la temperatura a la que se tiene que calentar. Además, las baldosas disponen de una serie de sensores ambientales que les permiten tomar decisiones de forma autónoma, lo que las convierte en un sistema de calefacción inteligente.
Esta inteligencia se basa en el algoritmo desarrollado por la empresa que le permite adaptar su funcionamiento de forma automática a las necesidades del usuario. Por ejemplo, sería capaz de activarse por sí mismo para que el usuario encuentre su temperatura de confort cuando llegue a casa. "Bastará con decirle que llega a las ocho para que el sistema calcule el momento preciso y la temperatura exacta a la que se tiene que encender", indica Martí.
Las baldosas de Plactherm también son capaces de detectar cuántas personas hay en la habitación. Esto les permite adecuar la temperatura a un nivel óptimo en función del volumen de personas que haya.
Pero el usuario también puede controlar el sistema por sí mismo, para lo que Plactherm incorpora una aplicación accesible por ordenador, smartphone y tableta. Desde ella se puede regular la temperatura de cada zona. "Es posible dar la orden de calentar las baldosas donde está el sofá, pero que no caliente la zona de la televisión", indica Martí.
Para hacer todo esto posible, el equipo de Martí ha diseñado un sistema que permite que cada baldosa funcione como un radiador autónomo. Martí describe el resultado como "una especie de sándwich" en el que la primera capa de la baldosa está formada por vinilo, tarima o moqueta de entre tres y seis milímetros de grosor o un cemento especial de Stonita creado por Escofet. A continuación se encuentra una resistencia eléctrica que emite calor y, por último, se incluye una capa aislante. Al estar tan cerca de la superficie y no perder calor y también debido a los innovadores materiales utilizados, el sistema logra una eficiencia un 30% superior a otros suelos radiantes.
Debajo de estas tres capas, Plactherm incorpora la CPU y los sensores, conectados mediante unos circuitos a las capas superiores y al resto de baldosas. Este pequeño ordenador, además de dar la orden de calentar la baldosa, es el que recoge la información de temperatura y de la cantidad de personas que hay sobre la baldosa gracias a los medidores. "La clave de todo el puzle es que cada baldosa tiene su propio sistema para funcionar de forma independiente, pero integrada en un todo", explica Martí.
Para instalar Plactherm, el cliente no necesitará hacer obra ni quitar el suelo que ya tiene. "Bastará con colocarlo encima y conectarlo directamente a un enchufe desde un cable que sale de una de las baldosas", explica Martí. Asegura que el suelo original no quedará dañando ya que la parte inferior está formada por un material esponjoso.
Actualmente, el sistema se encuentra en fase de pruebas y en septiembre está previsto incorporarlo en una instalación de Repsol para mostrar su funcionamiento. A partir de este momento, Plactherm ofrecerá un servicio de alquiler para oficinas. Aunque el suelo tendrá una vida útil de diez años, Martí indica que Plactherm realizará revisiones periódicas para comprobar que todo el sistema funciona correctamente y reparar algún elemento si está dañado.
En una siguiente fase, Plactherm ofrecerá un servicio de instalación para viviendas que saldrá al mercado en 2017 y que incluirá la gestión y obtención de los datos que genera el sistema.
Baldosas antintrusos
Además de regular la temperatura, los sensores de presencia de Plactherm pueden servir para alertar al usuario de si ha entrado un intruso o de que una persona se ha caído y no se puede levantar. "Si el sistema detecta que alguien ha pasado de ocupar una baldosa a varias y no se mueve, manda una alerta", explica Martí.
Este registro de presencia también puede tener aplicaciones comerciales. Las tiendas pueden utilizarlo para conocer el patrón de movimiento de sus clientes y colocar mejor los productos. "También puede servir para medir el rendimiento de un trabajador", destaca Martí. Para hacerlo, Plactherm puede registrar el movimiento de un dependiente y compararlo con su volumen de ventas y con la localización de los clientes.
Esta serie de innovaciones ha servido a Plactherm para ser seleccionado en la tercera convocatoria del Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol. Además, participará en un proceso de incubación en la iniciativa Kic InnoEnergy y en la aceleradora de proyectos INCENSe, cofinanciada por la Comisión Europea.
Plactherm introduce así una solución de calefacción funcional y eficiente que, además, ofrece otros servicios al usuario como el control de presencia. Gracias a su innovación, los niños de la clínica de fisioterapia podrán jugar con las piezas del puzle a una temperatura adecuada sin que les escuezan los ojos.
Con la colaboración de Fundación Repsol