La empresa pública EPM lleva más de 50 años proporcionando servicios de energía, agua y telecomunicaciones en Colombia, primero en la ciudad de Medellín, -donde nació en 1955- y ahora en 123 municipios del departamento de Antioquía y uno en el Chocó. EPM es la casa matriz de un grupo de 45 empresas (25 internacionales y 20 en Colombia) con inversiones en gran parte del territorio nacional, además de en Panamá, Guatemala, El Salvador y México.

Lejos de permanecer anclada en la tradición, EPM decidió en 2004 que la mejor forma de crecer e impulsar el progreso económico y social en Colombia era apostar por la investigación y el desarrollo tecnológico. Ocho años después, el programa de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) que inauguró entonces empieza a dar sus frutos con la obtención de varias patentes y la colocación de dos productos en etapa de escalamiento.

Tal y como señalan desde la empresa, su sistema está orientado a necesidades que requieran investigación aplicada, lo que convierte en esencial la colaboración entre universidad, empresa y Estado. EPM colabora con universidades y centros de desarrollo tecnológico locales, nacionales e internaciones. En coordinación con ellos está desarrollando alrededor de 25 proyectos dentro de cuatro ejes temáticos: energías renovables, eficiencia energética, biocombustibles de segunda y tercera generación y adaptación de tecnologías para mejorar procesos industriales.

Uno de los mejores ejemplos de esta integración en busca de sinergias es el Centro de Investigación e Innovación en Energía (CIIEN), surgido de una alianza estratégica entre EPM y cuatro universidades de la región de Antioquia, que cuenta con una inversión de 7,5 millones de dólares y está actualmente trabajando en siete proyectos. A corto plazo, varios de ellos están orientados a mejorar los procesos térmicos, eléctricos y mecánicos en la industria para ganar eficiencia en la cadena de producción. “Estamos apuntando a tecnologías que utilicen gas y electricidad en lugar de recursos energéticos fósiles nocivos para el ambiente y la salud de los operarios”, explica Juan David Martínez, Ingeniero de la Subdirección de Investigación y Desarrollo de Negocio de Energía de EPM.

El CIIEN ha definido recientemente sus líneas de investigación prioritarias para los próximos 30 años y espera que la energía solar fotovoltaica, eólica y el almacenamiento de energía tengan un gran protagonismo en el panorama energético después de 2020. Por ello, está comenzando a trabajar en el desarrollo de celdas solares híbridas con nuevos materiales más baratos y de alta eficiencia que, en caso de tener éxito y gracias a su bajo costo, podrían impulsar la apuesta por la energía solar en Colombia. No obstante, tal y como señala Jairo Navales, compañero de Martínez en la Subdirección de Investigación y Desarrollo de Negocio de Energía, su plan es poder ir comercializando durante el proceso de investigación una serie de productos intermedios antes de alcanzar el reto global.

Una de las grandes apuestas de futuro de EPM es la creación del Centro Nacional de Nanotecnología (CNN) para el que ha aprobado una inversión de 22 millones de dólares y cuya finalización de obra y dotación está prevista en 2015. Este centro iniciaría su andadura apoyado por varias universidades y centros tecnológicos nacionales e internacionales y, en concreto por la Universidad de Purdue y el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL, por sus siglas en inglés), con quienes EPM ha firmado memorandos de entendimiento para intercambiar información y experiencia de cara a su diseño.

El CNN trabajará inicialmente en materiales fotovoltaicos, almacenamiento de energía, iluminación de estado sólido, dispositivos y nanofiltración, campos de interés compatibles y complementarios a los del CIIEN. “Se procurará la máxima coordinación posible y el aprovechamiento de sinergias entre los dos”, confirma Navales.

Además del trabajo en estos centros, entre los proyectos de desarrollo de nuevas tecnologías impulsados por EPM destacan otros realizados en colaboración con varias universidades y empresas, como el estudio de factibilidad técnica para la producción de biocombustibles a partir de microalgas o de la semilla de la planta Jatropha curcas; o el diseño de un horno de crisol autorregenerativo, destinado especialmente a pequeñas y medianas empresas del sector de la fundición de metales no ferrosos o que realizan tratamientos térmicos a piezas metálicas. “Podría utilizarse para producir, por ejemplo, herrajes de aluminio para aplicaciones del sector eléctrico”, detalla Jorge Ignacio Vélez, uno de los técnicos de EPM responsables del proyecto.

Otra de las iniciativas más exitosas ha sido el desarrollo de un medidor prepago local a través de una alianza con la empresa Excelec International. Este aparato -que ya ha obtenido todas las certificaciones internacionales necesarias para su uso - permite a usuarios de ingresos bajos comprar, por medio de una red de servicio, códigos para adquirir energía por un valor mínimo de poco más de un dólar. Tras marcar el código en el medidor, pueden disfrutar de la energía adquirida durante varios días. Cinco mil de estos dispositivos se instalarán en diferentes zonas del área metropolitana y podrían ayudar a solucionar el problema de morosidad que generaba la forma de pago a posteriori. ”Con esta alternativa prepago, cada vez que un cliente compra energía abona  el 10 por ciento de su valor capital que adeuda”, explica Vélez.

EPM está también trabajando con Excelec para desarrollar en los próximos años soluciones enfocadas a la instalación de redes eléctricas inteligentes (smart grids). Para ello pretenden servirse del Fondo de Inversión para Innovación y Emprendimiento, un vehículo de inversión de 56 millones de dólares destinado a convertir resultados de investigación en negocios y soluciones reales para el mercado. Con este objetivo, Excelec y EPM están preparando una propuesta para solicitar una inversión del fondo en dicha empresa “con vistas a su redireccionamiento hacia el desarrollo de smart grids”.

Junto a todos estos avances que ejemplifican su contribución a la generación y transferencia de nuevo conocimiento y a la  apropiación tecnológica, EPM, como empresa pública de propiedad del Municipio de Medellín, destina también parte de sus recursos a fomentar la productividad y competitividad regional. Para ello ha aportado alrededor de 36 millones de dólares a la creación de Ruta N Medellín, un centro de emprendimiento donde se potencia la innovación y creatividad de EPM, UNE y la ciudad de Medellín.