Una comunidad de afectados por la distrofia muscular ha recaudado 4,7 millones de euros para que una 'start-up' que ya ha curado la dolencia en ratones lo logre en humanos lo antes posible
Una fundación que representa a niños fallecidos a causa de la distrofia muscular afirma que intentará curar la enfermedad mediante CRISPR, la revolucionaria técnica para editar el ADN de forma sencilla y barata (ver CRISPR es el descubrimiento más importante de los últimos cinco años).
CureDuchenne, una organización sin ánimo de lucro dedicada a pacientes, destinará unos 4,7 millones de euros para financiar una nueva start-up, Exonics Therapeutics. La nueva empresa se basa en investigaciones que han logrado curar a la enfermedad en ratones al alterar las letras de ADN de sus células.
El médico y CEO de la nueva empresa, Jak Knowles, afirma: "Buscamos un hito, nada menos que una corrección del error de ADN".
La empresa espera hacer una prueba con CRISPR en niños con distrofia muscular de Duchenne lo antes posible, señala Knowles. Al emplearla en los músculos de niños afectados, la tecnología podría ser capaz de reparar el error genético que causa este trastorno mortal que afecta a uno de cada 3.500 nacimientos masculinos.
La creación de Exonics Therapeutics demuestra que los pacientes están empezando a confiar CRISPR y también que algunas organizaciones sin ánimo de lucro han empezado a financiar directamente el desarrollo farmacéutico, una tendencia conocida como "filantropía de capital riesgo". Esa práctica puede amortizarse magníficamente. En 2014, la Fundación de Fibrosis Quística vendió los derechos de un fármaco, Kalydeco, por unos 3.120 millones de euros tras invertir algo más de 140 millones de euros en su desarrollo.
Knowles dice que la inversión en Exonics Therapeutics es la mayor que CureDuchenne ha hecho en una única empresa, lo que refleja su esperanza en que la edición genética pueda avanzar más que fármacos existentes. "CRISPR no es un fármaco reutilizado que haga lo mínimo, es algo con un alto impacto", señala Knowles.
Exonics Therapeutics avanzará su trabajo en el Centro Médico de la Universidad del Sudeste de Tejas (EEUU), donde el científico Eric Olson y sus compañeros ya han curado ratones de la distrofia muscular con CRISPR, lo que ha dado mucha esperanza a los pacientes. MIT Technology Review relató los esfuerzos de Olson el año pasado.
Foto: La proteína distrofina aparece (en rojo) en una imagen microscópica de fibras musculares normales. Los pacientes con la distrofía muscular carecen de distrofina. Crédito: Cortesía de Eric Olson.
Olson cuenta que su próximo paso será tratar animales más grandes, como perros o monos. El experto continúa: "Si eso da resultados tan positivos como esperamos, nos dirigiríamos a los humanos". Pero Exonics Therapeutics no ha confirmado un plazo para el lanzamiento de un estudio humano.
Olson explica que tenía dos opciones para recaudar fondos: los inversores tradicionales o uniéndose a una gran empresa de biotecnología. Finalmente decidió que una compañía respaldada por un grupo de pacientes avanzaría más rápidamente el tratamiento. El responsable detalla: "Recibo correos electrónicos de madres cada día. Creo que este grupo me hace avanzar más".
Oficialmente, la tecnología farmacológica de CRISPR está dominada por tres empresas de biotecnología: Editas Medicine, Intellia Therapeutics y CRISPR Therapeutics, que en conjunto han recaudado más de 945 millones de euros.
Dos de ellas, Editas Therapeutics y CRISPR Therapeutics, incluyen la distrofia muscular entre las enfermedades que les interesan, pero no es una de sus prioridades. Las empresas están desarrollando tratamientos para la ceguera, trastornos sanguíneos, enfermedades hepáticas y el cáncer.
Knowles dice que CureDuchenne temía que la enfermedad muscular no recibiera suficiente atención por parte de las empresas de biotecnología más grandes. El responsable detalla: "Queremos ir rápido y no tenemos el conflicto de prioridades que afecta a las empresas más grandes".
Más grupos de pacientes podrían elaborar pronto sus propios planes CRISPR, porque la técnica ahora es lo suficientemente versátil para ayudar con docenas de enfermedades hereditarias ultrarraras, muchas de las cuales carecen de tratamiento.
El gen que se avería con la distrofia muscular de Duchenne fue descubierto hace 30 años. Los niños que carecen de una copia funcional del gen de la distrofina se quedan paralizados cuando sus músculos se degeneran y normalmente mueren de fallo cardíaco antes de cumplir 25 años.
Olson y otros investigadores ya han demostrado que la tecnología CRISPR puede reparar el gen de la distrofina en ratones. Pero los ingredientes nunca han sido inyectados directamente a una persona viva, lo que representa el objetivo de Exonics Therapeutics. Los pacientes recibirían una inyección de billones de virus, todos ellos con instrucciones para editar el ADN del gen de la distrofina en sus células musculares.
Olson cree que si suficientes células musculares se corrigen (tal vez el 15%), se podría frenar la progresión de la enfermedad.
Puesto que muchas mutaciones distintas del gen de la distrofina pueden provocar la distrofía muscular, inicialmente un tratamiento CRISPR no las arreglaría todas. Olson explica que el tratamiento en el que trabaja se dirige a una parte del gen conocido como el "exón 51" y, en caso de funcionar, ayudaría a alrededor del 13% de los niños que padecen la enfermedad.
Los expertos en desarrollo farmacológico advierten de que los estudios de CRISPR podrían no salir según los planes. "La comunidad de la distrofia muscular de Duchenne está preocupada por que los pacientes se hayan emocionado en exceso con la posibilidad de que CRISPR les permita levantarse y andar", señala la directora ejecutiva Susan J. Ward del Proyecto de Análisis Colaborativo de Trayectoria, que ayuda a las farmacéuticas desarrollar mejores maneras de probar fármacos nuevos.
De hecho, es común que haya retrasos de años o décadas cuando los científicos intentan elaborar tratamientos a partir de una nueva tecnología, sólo para encontrar obstáculos o problemas de seguridad inesperados. Ward concluye: "Creo que CRISPR es realmente emocionante. Pero aún no representa un hito".