EEUU va a invertir 50 millones de euros para crearla en un esfuerzo por impulsar la medicina personalizada. Sin embargo, las pruebas genéticas comerciales aún están en un limbo legal
La medicina de precisión o personalizada representa un gran concepto. Personalizar los fármacos y las terapias en función de la enfermedad, el estilo de vida, el entorno y los genes del paciente podría revolucionar los cuidados médicos, o eso se dice (ver "En el futuro cada fármaco tendrá tres versiones, una para cada tipo de paciente"). Pero primero hay mucho que hemos de aprender sobre lo que todo eso significará para la salud de una persona. Por eso la administración Obama ha anunciado este mes que este año dedicará unos 50 millones de euros para crear una base de datos pública que contendrá datos médicos detallados de un millón de voluntarios o más. También intenta averiguar por el mismo motivo cómo mejorar la regulación del cada vez mayor mercado de pruebas genéticas.
Foto: El presidente Obama, hablando de la medicina de precisión durante un evento celebrado en febrero. Crédito: Drew Angerer (Getty Images).
Llamada como Cohorte de Medicina de Precisión, la base de datos será el "más grande y ambicioso proyecto de investigación de este tipo jamás emprendido", dijo el director de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, Francis Collins, durante una llamada con la prensa. Contendrá historiales médicos, genomas secuenciados, resultados de analíticas de sangre y orina y hasta datos de dispositivos y aplicaciones móviles de rastreo de salud. Collins hizo hincapié en que la base de datos representará personas de todas las razas, etnias y clases socioeconómicas, y afirmó que rastreará a los participantes durante muchos años.
En un proyecto independiente pero relacionado, también anunciado este mes, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) publicó los borradores de unos documentos de orientación que indican cómo se podría regular el campo en auge de las pruebas genéticas. A la FDA le preocupa que una nueva generación de pruebas genéticas ponga en riesgo la seguridad de los pacientes. La tecnología subyacente de estas pruebas puede secuenciar un genoma al completo de manera rápida y barata e identificar millones de anormalidades genéticas a la vez. Pero interpretar los resultados sigue representando un trabajo en desarrollo.
Muchas de las pruebas pretenden indicar a los pacientes si sufren o tienen un alto riesgo de padecer determinadas enfermedades y hasta encauzarlos hacia terapias dirigidas. El campo al completo ha sido poco regulado, pero la FDA quiere utilizar su autoridad para evaluar cuán precisas y clínicamente útiles son realmente estas pruebas.
Las pruebas de este tipo son "clave para la promesa futura de la Iniciativa de Medicina de Precisión", aseguró el comisionado de la FDA, Robert Califf, pero esa promesa sólo será "tan buena como las pruebas que guíen los diagnósticos y tratamientos". Califf rehusó comentar cuándo finalizarán las nuevas regulaciones, pero la nueva información debería aclarar al menos parte de la incertidumbre regulatoria a la que se enfrentan las empresas que desarrollan estas pruebas.