Tras sufrir un derrame cerebral Jim Gass recurrió al turismo sanitario en países con poca regulación para intentar curarse, hasta que se descrubrió un tumor de células que no eran suyas
Los desesperados turistas médicos que viajan al extranjero para recibir inyecciones de células madre corren el riesgo de acabar con tumores de las células de otra persona.
Eso es lo que le sucedió a Jim Gass después de sufrir un derrame cerebral en 2009. Gass, el antiguo director legal de Sylvania, viajó a Argentina, China y México para recibir inyecciones de tejido fetal que esperaba que le curaran.
Ahora, en un estudio de caso publicado en la revista New England Journal of Medicine, los médicos del Hospital Brigham de Mujeres informan de que Gass acabó con un "extraño y pegajoso tumor fibroso" en su médula. Y las células no eran suyas.
"Tenía un aspecto que jamás había visto", le contó al Boston Globe el director de cáncer neuroquirúrgico de médula del hospital, John Chi. "Estaba adherido a los nervios y tenía una consistencia extraña", añadió.
El estrafalario resultado está siendo descrito como una "historia para no dormir" para cualquiera que busque tratamientos administrados por clínicas poco fiables que ofrecen curas milagrosas en países con pocas regulaciones. Y tampoco es el primer caso. En 2009, médicos informaron de un tumor cerebral en un niño cuyos padres le habían llevado a Rusia para recibir inyecciones de células de feto humano.
Lo que pone los pelos de punta es que Alphabet, la empresa matriz del motor de búsquedas Google, tiene parte de la culpa de este caso de curanderismo. Las búsquedas web de "tratamientos de célula madre" durante muchos años han devuelto anuncios pagados por dudosas clínicas de Panamá y otras partes que prometen curar el autismo, la parálisis cerebral y casi cualquier cosa con una dosis de células misteriosas.
El motivo por el que tales tratamientos de células madre no se ofrecen en Estados Unidos es que no existen pruebas de que funcionen, y no podrían superar la revisión de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. Parece ser que Gass se gastó hasta 300.000 dólares (más de 271.000 euros) entre los tratamientos y los gastos de viaje.
Después de su derrame cerebral, Gass tuvo que andar con un aparato ortopédico y bastón, según le contó al New York Times. Entonces empezó a hacer investigaciones en internet, encontrando páginas web de clínicas y testimoniales de cómo el jugador profesional de golf y antiguo jugador de los San Francisco 49ers de la liga de fútbol americano (NFL, por sus siglas en inglés), John Brodie, había sido ayudado por células madre fetales.
Otros jugadores de la NFL han permitido que sus nombres aparezcan en anuncios para dudosos tratamientos ortopédicos que incluyen inyecciones de tuétano del hueso ofrecidos en Estados Unidos (ver El posible placebo que se esconde tras las células madre).
Después de recibir una inyección de células fetales en Méjico, Gass empezó a sufrir agudos dolores en la espalda. Entonces fue cuando los médicos encontraron la extraña masa que crecía cerca de su médula. Desde entonces ha recibido radioterapia para intentar eliminarla.
Gass le contó al Globe que aún cree que los tratamientos con células madre son prometedores. El afectado recuerda: "No podía aceptar donde me encontraba. No quería pasarme la vida tumbado en la cama. El consenso era que las terapias con células madre serían el futuro de los tratamientos para derrames cerebrales. Leí todas las historias para no dormir, aunque no las creí".
Para saber más: NEJM, Boston Globe, New York Times