Ha logrado estabilizar las enzimas en forma de nanoárboles para utilizarlas los procesos industriales que produzcan los fármacos del futuro
Fabricar fármacos típicamente es un negocio engorroso. Catalizar las reacciones químicas necesarias a menudo requiere de solventes tóxicos y grandes cantidades de energía. Jun Ge espera simplificar este proceso de forma substancial aprovechándose de las enzimas, los catalizadores de la naturaleza, para que hagan el trabajo.
A muchas personas se les ha ocurrido esa idea. El reto surge del hecho de que las enzimas no suelen aguantar bien dentro de procesos industriales, y protegerlas fijándolas a otros materiales disminuye significativamente su nivel de actividad. Pero Ge, un ingeniero químico menudo y de voz suave de la Universidad Tsinghua, una universidad china de élite, tuvo una epifanía hace unos años.
Mientras trabajaba como investigador de posdoctorado en la Universidad de Stanford (EEUU), tuvo el presentimiento de que añadir iones de cobre a una solución que contenía cierta enzima podría ayudar a activarla y estabilizarla. Lo que no se esperaba encontrar eran las estructuras maravillosamente raras que se precipitaron al fondo de su tubo de prueba: "estructuras muy bellas, como flores hechas de proteínas y cristal". De forma significativa, las enzimas contenidas por esta forma de "nanoflor" son estables y siete veces más activas que cuando flotan sueltas en la solución. Este descubrimiento se publicó en la portada de Nature Nanotechnology en el año 2012.
Hoy Ge estudia un abanico de nanoestructuras de enzimas – a las que llama "nanoárboles" y "nanohusos" – y explora sus posibles usos, desde la creación de un fármaco para combatir el cáncer hasta una tira de nueva generación para diagnosticar diabetes.
—Christina Larson. Traducido por Teresa Woods
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