Esta tecnología también podría permitir la administración de fármacos, la detección de cáncer, la visión nocturna y la realidad aumentada
Hace unos días Google y Novartis anunciaron que se van a asociar para desarrollar unas lentillas que controlen el nivel de glucosa del usuario y enfoquen automáticamente. Además, podrían ser el principio de una categoría de productos nueva e ingeniosa. Desde la detección del cáncer y la administración de medicamentos a la realidad aumentada y la visión nocturna, nuestros ojos ofrecen oportunidades únicas tanto para vigilar nuestra salud como para potenciar nuestras capacidades.
"Ha llegado el momento de poner un diminuto ordenador y un montón de tecnología en miniatura en las lentillas", afirma el director de investigación y desarrollo de la división ocular de Novartis, Franck Leveiller.
Uno de los prototipos de lentilla surgidos de la colaboración entre Novartis y Google contiene un dispositivo del tamaño de una mota de purpurina que mide el nivel de glucosa en las lágrimas. Una antena inalámbrica transmite esa medida a un dispositivo externo. Está diseñada para hacer la vida más llevadera a los diabéticos, que tienen que pincharse los dedos para medir su nivel de azúcar en la sangre.
"Tengo muchos pacientes diabéticos que describen el día a día de la enfermedad como tener un trabajo a tiempo parcial por todo lo que dedican a gestionarla", explica el director de la sección de lentillas y córnea de la Asociación Americana de Optometristas, Thomas Quinn. "Tener una forma de facilitarle esa labor a los pacientes y conseguir que recuperen parte de la normalidad en su vida es muy emocionante".
Y la glucosa no es lo único que se puede medir en las lágrimas ahorrándonos un análisis de sangre, explica Quinn. Las lágrimas también contienen una sustancia química llamada lacriglobina que sirve como biomarcador para los cánceres de mama, colon, pulmón, próstata y ovarios. Hacer un seguimiento de los niveles de lacriglobina podría ser especialmente útil para los pacientes con cánceres en remisión, explica Quinn.
Quinn también cree que la administración de fármacos puede ser otro de los usos de las lentes de contacto. Sostiene que si una lente fuera capaz de liberar medicación lentamente lo largo de periodos prolongados, sería mejor para los pacientes que las dosis concentradas que proporcionan los colirios. Sin embargo fabricar una lente de estas características no es fácil (ver "Unas lentes dispensadoras de fármacos").
La lentilla con autoenfoque está en sus primeras fases de desarrollo, pero el objetivo es que adapte su forma dependiendo de hacia dónde mire el ojo, algo especialmente útil para quienes necesitan gafas de cerca. Un prototipo de la lentilla usa fotodiodos para detectar la luz que entra en el ojo y decidir si este está mirando hacia abajo. Leveiller explica que el equipo también está explorando otras posibles técnicas.
Google y Novartis no son, ni de lejos, los únicos interesados en mejorar las lentillas con nuevas capacidades. En Suecia, una empresa llamada Sensimed está trabajando en una lente de contacto que mide la presión intraocular que resulta de la acumulación de líquido en los ojos de los pacientes con glaucoma (ver "Tests de glaucoma en una lente de contacto"). E investigadores de la Universidad de Michigan (EEUU) están usando grafeno para hacer lentillas sensibles a los infrarrojos, con la intención de que algún día permitan una forma de visión nocturna sin tener que ponerse un aparatoso casco.
Mientras, una empresa con sede en Seattle (EEUU), Innovega, ha desarrollado una lente de contacto con una pequeña zona que filtra bandas específicas de luz roja, verde y azul, dando a los usuarios la posibilidad de enfocar la vista en una pantalla de alta resolución muy pequeña a dos centímetros del ojo sin interferir en la visión normal. Eso hace que unas diminutas pantallas enganchadas a las gafas parezcan pantallas de cine IMAX , explica el director ejecutivo de la empresa, Steve Willey. El sistema conjunto de lentillas y pantalla se llama iOptik.
Quedan muchos retos por delante antes de que todos andemos por ahí con visión supernocturna que detecte el cáncer, administre medicamentos y controle nuestros niveles de glucosa. Algunos de los prototipos son demasiado gruesos, explica Quinn, y algunos usan electrónica rígida tradicional, cuando sería preferible que usaran una alternativa transparente y flexible. Y, evidentemente, todos tendrán que pasar por controles para demostrar su seguridad y eficacia.
El director de la división de cuidados oculares de Novartis, Jeff George, es muy optimista respecto a la lentilla inteligente de Google. "El equipo de Google X se autodenomina 'fábrica de misiones imposibles'. Dado lo que hemos visto, yo diría que esto es más posible que imposible".