Sus baterías finas, flexibles e impresas tiene menos riesgo de explotar y sus componentes son más seguros
Usted asegura que necesitaremos las baterías de cinc de Imprint Energy para la electrónica portable, los parches rastreadores de salud y los sensores pequeños. ¿Por qué no sirven las baterías convencionales para tales dispositivos?
Muchas de estas baterías necesitan mucho cubrimiento de plástico o metal. Dependen de circuitos de protección porque se hace todo lo posible para domar un sistema muy, muy salvaje y reactivo. Lo que resulta interesante del enfoque de Imprint Energy es que empleamos una química inherentemente más estable que no necesita de ese sello hermético. [Como resultado] el envoltorio se vuelve mucho más sencillo y delgado. Lo mejor de las baterías de cinc es que los materiales son muy rentables y fáciles de adquirir. Y además no son tóxicos.
Foto: Ho dice que los dispositivos que emplean las baterías de Imprint Energy podrían salir al mercado en 2018. La empresa colabora con fabricantes para serigrafiar las baterías en láminas como esta. Crédito: Timothy O´Connel.
¿Por qué no se emplea ampliamente aún el cinc para alimentar la electrónica?
Normalmente se emplea [el cinc] junto a un eletrolito muy corrosivo y dañino. Especialmente para aplicaciones corporales, no queremos incorporar algo tan nocivo. La otra razón es que el cinc no es tradicionalmente un sistema recargable.
¿Cómo ha superado estas limitaciones?
Se apilan las baterías, como si fueran un sándwich. La capa central, como el jamón de un sándwich mixto, es el electrolito. De lo que me di cuenta es que de eliminarla y sustituirla con algo que sea estable con el sistema de cinc y recargable, podríamos abrir todo un espacio nuevo de mercado. Estudié muchos materiales distintos, literalmente tirando todo en un cubo y esperando que funcionara. Empezamos a conseguir resultados realmente interesantes con uno de estos conjuntos de materiales que estudiábamos. Podíamos básicamente tomar este material y moldearlo para crear una película sólida, de forma que se podía cortar, estirar y cosas así, pero dentro tenía iones móviles.
—Rachel Metz